Con la finalidad de fortalecer el trabajo que viene realizando un grupo de compañeras y compañeros detrás de la consolidación de un proyecto de comunicación comunal y alternativo denominado “Correo de La Concordia”, llegamos hasta el segundo piso del complejo deportivo de Plaza Venezuela.
El compañero Jairo Cruz, nos esperaba a las afueras del salón de reuniones, donde poco a poco las y los compañeros fueron acercándose para dar inicio al trabajo de intercambio y análisis pasadas las 7, 30 de la noche.
La presencia nutrida de estudiantes de comunicación social de la UBV, así como de trabajadores de la comunicación y docentes hicieron de la noche del pasado viernes un encuentro nutrido de intercambio de experiencias y propuestas que puedan aportar al fortalecimiento del colectivo que busca dar vida al hasta ahora borrador que manejan como medio de comunicación para profundizar los lazos entre los diversos integrantes de la comunidad de Plaza Venezuela, en la capital tachirense.
Abrió la ronda de ponencias el compañero periodista y profesor Wilber Dávila, quien aportó una serie de datos tendientes a la clarificación del aspecto conceptual de la forma de elaboración de la nota periodística, apelando a la creatividad y al sentimiento de la información que se transmite a través de los medios comunitarios.
Seguidamente un compañero de la comunidad e integrante de la producción comercial del diario Los Andes, hizo referencia (no sin críticas) sobre la forma en que deberían establecerse los parámetros para hacer viable el proyecto de comunicación, centrando su alocución sobre la publicidad y la necesidad de esponsoreo para solventar las necesidades económicas del proyecto en ciernes.
Esta posición del compañero Machado fue refutada en la intervención que a continuación realizamos a nombre de la Escuela Itinerante de Comunicación Popular, que aglutina a un grupo de compañeros de ANMCLA Táchira y otros colectivos activadores comunicacionales y artísticos del Estado.
En este sentido centramos nuestra propuesta en la necesidad del fortalecimiento del real sentido de un periódico comunitario, sobre la base de la puesta en práctica de una comunicación participativa, que involucre no solo a los promotores dentro del engranaje cotidiano de pensamiento, elaboración, distribución y mantenimiento del medio colectivo, sino también –y centralmente- a la comunidad.
Esta propuesta, manejada como un verdadero desafío adicional al que ya represente ponerse al frente de un medio de comunicación, en este caso un quincenario comunitario, significa tener presente la capacitación, actualización e interacción constante entre los promotores de la idea, en una instancia de formación endógena, pero necesariamente se debía aplicar instancias de interrelación con la comunidad que fueran más allá del hecho informativo o la distribución del material impreso.
Esta socialización de los saberes pues, se torna imprescindible para el empoderamiento de la comunidad de las herramientas comunicacionales que le permitan acceder no solo al conocimiento teórico, sino a la práctica comprometida con la defensa de la herramienta lograda.
Utilizamos pues el sentimiento de creatividad, manejado por el profesor y comunicador Dávila, para sostener que ésta debe ser utilizada en los medios populares no como una forma de crear modelos a imagen y semejanza de los que hemos venido consumiendo toda la vida, sino que la propuesta era utilizar la creatividad para pensar y aplicar nuevas e innovadoras estrategias de comunicación que vayan de la mano con la transformación social.
Transformación propuesta y llevada adelante desde el medio de comunicación barrial, en conjunto con las demás herramientas que el barrio se dé para comunicar y en interacción constante y asertiva con la diversidad de manifestaciones comunicacionales que se den en la colectividad, como historias locales, manifestaciones culturales y artísticas arraigadas en la comunidad y que transmiten valores a ser rescatados y revalorizados, así como la inclusión de grupos de trabajo que no necesariamente estén vinculados a los aportes escritos para el próximo número, sino que priorice la participación desde las potencialidades individuales para que redunden en un fortalecimiento del colectivo y viceversa. Entendiendo que de esta manera se fomenta la inclusión, la participación comprometida y el sentimiento de pertenencia con el medio que debe ser no solamente “para” la comunidad, sino “de” la comunidad, para que por su intermedio se exprese, afirme y propulse hacia su desarrollo integral.
Por último, el tema de la financiación no escapó al debate, por el contrario la propuesta manejada desde la EICP sostiene también la incursión en la alternatividad también en el manejo de los conceptos y acciones a la hora de hacer participar a la comunidad en las formas y maneras de sostener en el tiempo a su medio de comunicación entre sí y entre los demás colectividades que forman la sociedad en general y en este mundo globalizado, la comunidad global, mediante la utilización de las nuevas tecnologías digitales para expandir el mensaje del barrio a quizás, vecinos que han salido de su seno buscando otros destinos.
De esta forma, y considerando lo escueto del tiempo disponible para profundizar en un número mayor de conceptos, se estableció la posibilidad de retornar a la comunidad para seguir avanzando en el estudio y debate de esta temática. Del mismo modo, la comunidad está invitando al bautismo y lanzamiento oficial del primer número del Correo de La Concordia, el próximo fin de semana en el sector de Plaza Venezuela en horas de la noche.
NATA / EICP / ANMCLA Táchira
