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Revolución Continental

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domingo, 14 de febrero de 2010

Chávez y Chevron: el entreguismo avanza a paso de traidores y explotadores














O se es revolucionario o se es chavista, ¡basta ya de tanta farsa!

El gobierno venezolano nos ha acostumbrado a un discurso delirante, en el que un día critica a la oligarquía y al imperialismo, y a las pocas horas llama a una alianza con la burguesía y asegura que Venezuela siempre será un proveedor disciplinado y confiable de petróleo para el imperialismo. Pero lo que no ocurre con frecuencia es que el propio presidente Chávez le dé las gracias a las transnacionales imperialistas por "confiar en Venezuela", "invertir" y "crear empleo", llamando a los capitalistas "amigos, socios, aliados", como lo haría un vulgar Lusinchi, Caldera, o CAP.

Y por si eso fuera poco, Chávez llegó al extremo de pedirle a los representantes de la transnacional Chevron que mediaran con Obama para pedirle que "rectifique" y haga una visita oficial a Venezuela. El salón donde se realizó la rueda de prensa quedó impregnado con un fuerte tufo a azufre, y es que Obama es un genocida que asesina a los pueblos de Irak y Afganistán, y que mantiene un horrible centro de torturas en Guantánamo. El hecho de que Chávez lo invite a Venezuela es un insulto para nuestro digno pueblo y una bofetada para los revolucionarios de este país.

Chávez llevó a nuevos niveles su intención de conciliar con el imperialismo y normalizar completamente sus relaciones políticas con la burguesía transnacional. Ya lo hemos visto en ocasiones anteriores llamando "hermano" al fascista Uribe, abrazando al ogro Rey de España, pidiéndole al esbirro Obama que sea su amigo y regalándole libros, o intercambiando sonrisitas con la monstruosa Hillary Clinton. De tanto hablar pa´lante y pa´trás, cuando Chávez nombra al imperialismo la gente se sonríe y no presta atención a sus peroratas. De ser un crítico del FMI y del neoliberalismo, Chávez pasó a ser un adicto a los planes de ajuste promocionados por la banca multilateral: devaluación monetaria, aumento del IVA, flexibilización laboral y congelamiento de discusiones contractuales en el sector público, liberación de los precios de los alimentos, etc. El gobierno avanza a paso de traiciones y pactos con los enemigos del pueblo.

En ese proceso a la derecha, el gesto de darle las gracias a las transnacionales por explotar el petróleo venezolano, es un paso importante. Chávez nos quiere convencer de que ahora el imperialismo es nuestro amigo, que las transnacionales no nos explotan, sino que "crean empleo", que el hecho de que el Estado venezolano proteja los capitales extranjeros se llama "seguridad jurídica", y que en definitiva los explotadores y los explotados pueden vivir felices, desarrollando el país de acuerdo con los lineamientos del "Plan Simón Bolívar"; eso sí, el gobierno "revolucionario" deja en claro, en palabra de Chávez, que las transnacionales podrán "repatriar sus capitales", osea, llevarse los miles de millones de dólares que ganen a costa de nuestros recursos naturales y el sudor de nuestros trabajadores. Chávez intenta engañar al pueblo, disfrazando de "socialismo del siglo XXI", a lo que no es sino capitalismo puro y duro.

De lo contrario, tendríamos que concluir que CAP, Lusinchi, y Luis Herrera también eran "socialistas" y "revolucionarios". Porque la burguesía, aunque se vista de rojo, burguesía se queda, y los explotados no podremos liberarnos hasta que no rompamos con este podrido sistema capitalista, que sigue plenamente vigente en Venezuela. Para ello, tenemos también que desenmascarar a los que quieren mantener las cadenas de la explotación forradas con tela roja, y hasta que le demos las gracias a las transnacionales imperialistas por explotarnos.

La Chevron es una de las cuatro mayores empresas petroleras a nivel mundial. En su currículum está el haber apoyado a los fascistas españoles durante la guerra civil, haber hecho sustanciales negocios con los nazis, financiar conflictos armados en África, una destrucción ambiental de proporciones espantosas en Ecuador, y ser el principal financista de los dos partidos políticos imperialistas en EEUU. Como vemos, nada hay que agradecer a esta compañía imperialista por el hecho de instalarse a explotar petróleo en Venezuela, más bien los revolucionarios debemos exigir que se eche a patadas a ese consorcio criminal. Dado su gran poder y su peso en la política gringa, no es casual que Chávez le haya pedido a los emisarios de la Chevron que intercedan ante Obama para que este visite la Faja del Orinoco.

Los revolucionarios sabemos que el imperialismo explota a todo el que puede, y que los burgueses son enemigos de clase de las grandes mayorías trabajadoras de nuestro país. Si Chávez considera a los de la Chevron como sus "camaradas", y a la burguesía como sus "aliados", hay que denunciarlo. Hay que desechar las ilusiones y armarse de independencia política para la lucha antiimperialista, popular, y revolucionaria. Ya Chávez definió de qué lado está: del lado de la Chevron y sus "amigos, socios, y aliados" de la burguesía transnacional. Nosotros estamos del lado del pueblo explotado. A los compañeros que puedan estar aún confundidos, les decimos con respeto pero con firmeza que no hay espacio para "chavismo revolucionario", pues el gobierno saltó a la derecha y ya ni siquiera es reformista. O se es chavista o se es revolucionario, de la misma manera que o se es socialista o se es procapitalista. Ya basta de tanto silencio cómplice y tanta traición táctica, tanto manoseo de los símbolos revolucionarios. Hay que denunciar esta farsa y reivindicar la verdadera revolución socialista.


Por: Ecos 93.9 FM/ Colectivo Libre Aquiles Nazoa