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Revolución Continental

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lunes, 10 de marzo de 2014

¿De qué fascismo estamos hablando? Ta´pelúa la cosa.



La guarura: Palabra de los pueblos en lucha

Puede ser que en esta coyuntura, muchos hermanos opten en creer que la pelea concreta sea contra la ofensiva opositora en el Táchira y contra las guarimbas violentas de las ciudades, pero es tramposo (una vez más) argüir que estamos luchando contra el fascismo en Venezuela, ya que hay una parte del fascismo ejecutándose en el gobierno que nos está incitando a que repudiemos el fascismo de oposición dejando quieto al fascismo que nace de Miraflores. La lucha contra el fascismo dirigida desde el poder, en el pasado solo se tradujo en una derrota estratégica del movimiento obrero, mientras los poderes de la naciente bipolaridad global se repartían el mundo sin importarles las luchas y aspiraciones de los pueblos.

Fascismo oligárquico neoliberal y fascismo socialista:

La historia nos dice que El fascismo también deviene del seno de los trabajadores. Algunos ejemplos para debatir:

A principios del siglo XX, en España, los fascistas nacieron de los sectores agrarios de la oligarquía española frente a los campesinos trabajadores industriales de  Barcelona, Madrid y otras regiones. Muy bien; Pero en Italia el fascismo nace del propio seno de las organizaciones socialistas dirigidas por las capas medias, un fascismo que nace justamente de la actitud vacilante  de las vanguardias socialistas en la lucha de clases. Los “manitosblanca” en Serbia por ejemplo, se gestaron en el seno de una educación que por 80 años negó la propiedad privada y educó para el “socialismo” mientras daba la espalda al debate de la pluralidad cultural, al asunto de las plurinacionalidad  y reproducía el esquema soviético de estado militar policial. ¿qué pasó culturalmente ahí para que hubiera tierra fértil para una “revolución naranja” entre jóvenes y trabajadores? ¿por qué cuando hablamos con serbios comunistas o derechistas tienen en común un discurso nacionalista abiertamente xenófobo y reaccionario? ¿cómo vemos esto?

Luchar contra el fascismo va más allá del enfrentamiento de una coyuntura hostil en la urbe. La lucha contra el fascismo venezolano podría implicar la destitución y condena de funcionarios en el ámbito político, jurídico y policial que han propinado el exterminio sistemático de las fuerzas populares de los campesinos, obreros, indígenas y hasta jóvenes en los barrios. Ministros y funcionarios del ejército que han invisibilizado y satanizado la esencia de la lucha de clases en este país. Luchar contra el fascismo, cómo lo pensaban incluso los fundadores desafortunados de las revoluciones europeas es un esfuerzo cultural de base, autogestionario radical, junto a una rebelión permanente contra el poder a favor del poder social verdadero. Stalin –por ejemplo- usó la lucha antifascista para aplastar a las disidencias socialistas y libertarias en el seno del movimiento social europeo y consolidar un modelo autoritario, lo que no controló, lo entregó al enemigo con el que nunca dejó de negociar.

El peo actual en la calle y los referentes mundiales del fascismo

Si continuamos la lista de ejemplos del fascismo con signos similares a lo que pasa en las calles citadinas hoy, diremos que para los que piensen en un “fascismo urbano caraqueño” creemos que los que existieron en el pasado no han significado nada. Entre el ’60 y ’90 hubo ofensivas de jóvenes fascistas en Europa, protagonizadas por sectas juveniles urbanas, pero estas no tuvieron ninguna significación en términos de las relaciones de poder, más bien sirvieron de carne de cañón de derechistas parlamentarios que negociaron con los socialistas la gobernabilidad burguesa mientras jóvenes despolitizados y sectarios de ambos bandos se golpeaban hasta matarse en las calles, luchando una territorialidad de bandas ausente del conflicto social.

Necesitamos una mirada original y latinoamericana frente a lo que nos está pasando, una mirada que se mantenga incluso en las coyunturas más angustiantes y los temores más desesperados. En la Venezuela del siglo XXI si nos ponen a buscar el fascismo, podemos identificar en la historia a un sector de la oligarquía con conductas plenamente fascistas, con una práctica que se ha apoyado en los cuerpos de seguridad del estado, con plenas relaciones con oligarcas colombianos. Esta oligarquía es la que termina siendo dueña de haciendas y de corporaciones contratistas en la vieja y nueva PDVSA. En este sector se ha insertado un grupo de chavistas con las mismas prácticas violentas antipopulares, como por ejemplo el Gral. Arévalo Méndez, que siendo hombre de confianza de Chávez  dirigió una cantidad de acciones contra campesinos en la frontera colombo- venezolana desde los distintos cargos que ha ocupado. Todos los altos mandos en la frontera terminan siendo hacendados antes y ahora, lo que indica que el pacto continúa.

¿Cómo evaluar el fascismo en términos de lo que sucede en las calles de la urbe, hoy?

Podría generarse de dos sectores:

1.- La congregación de los jóvenes de clase media en la calle que han sido captados progresivamente por Voluntad Popular, el cual promueve la ideología de un poder atribuido al más dotado y el menosprecio y dominación de las masas ignorantes. En este caso, López los ha mandado a trabajar en los barrios y en las cárceles, porque sabe que sin los pobres no hay guateque.

2.- La legitimación de vacilaciones y postergaciones del “chavismo socialista” frente a la necesidad de cambios estructurales profundos también puede devenir en fascismo, esa vacilación de los sectores medios ante la revolución es caldo de cultivo para nuevos sujetos que antepongan sus privilegios al derecho histórico de los pueblos, su avance  Politico-organizativo en estos 14 años ha ayudado más a desmantelar el poder popular, y tras ese desmantelamiento también hay menosprecio y dominación.  En 15 años Chávez y su equipo, sus ahora llamados “hijos” fallaron en demostrar en algún nivel, y ante los ojos de la gente humilde, diferencia con las prácticas y la cultura clientelar del pasado, no sólo las han continuado, sino que las extremaron vergonzosamente. No pudieron ofrecer un gobierno al menos “moralmente” distinto. Hoy incluso los chavistas de base denuncian la corrupción de las cúpulas, sin que ninguna dirección se atreva a escucharlos, menos a acompañarlos.

Para cerrar, por ahora…

Hemos visto desde las marchas chavistas como recibimos ataques con botellas lanzadas desde los edificios en la parroquia El Valle; hemos sabido que hay liceistas de los barrios que manifiestan y protestan contra Nicolás Maduro. Hemos oído Los cacerolazos en la Pastora, Lídice, 23 de enero, Lomas de Palo alto…¿qué hacemos, los liquidamos como hay que liquidar al fascismo? La consecuente pérdida electoral del chavismo en el oeste de Caracas es un hecho innegable que por desgracia permitió el retorno de la momia de Ledezma por vía electoral después del gobierno corrupto de Barreto. Pues, ese descontento y esa pérdida clama por la voz propia de los luchadores sociales, pero resulta que estos luchadores han optado por plegarse a la voz de un gobierno que se desdibuja más y más frente a los ojos de los pobres.

Esta crisis la podemos convertir en escuela para quienes hemos surgido del chavismo de clase media, de lo contrario nos convertiremos en un espejo desesperado de la oposición de clase media, que nos conformamos con asistir virtualmente a una confrontación de discursos, propagandas y mensajitos extremos,  desmovilizados y despolitizados.  Necesitamos que esta coyuntura sea la escuela para crecer e ir más allá de la tímida y prevenida solidaridad frente a los conflictos sociales. Asumir la polarización siempre ha condenado el debate y la autonomía de criterios y le permite al poder golpear (de ambos lados) sin que podamos vernos los oprimidos.

En esta coyuntura la mayoría chavista piensa que hay que frenar al sector de oposición reaccionario, de acuerdo, pero ese freno pasa necesariamente por advertir que en el chavismo también se están gestando las bases del fascismo, tanto como en las bases del Partido de Leopoldo López. El chavismo clientelar ha sustituido a las vanguardias populares por liderazgos caudillistas pránicos en los grupos populares, ha sustituido a los que luchan por un paralelo coptado clientelarmente que maquilla los errores de la revolución. El chavismo clientelar sustituye el carácter históricosocial del movimiento popular para convertirlo en franquicias aisladas cuyo propósito principal es el control territorial de pandilla y no el control de lo social-soberano. ¿qué plan de lucha habrá contra lo que se está gestando dentro de nosotros mismos?: la práctica gremial y militante del fascismo clásico…Tá pelúa la cosa.