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Revolución Continental

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viernes, 3 de septiembre de 2010

Libertad para Sabino Romero













“Somos casi unos extraños en nuestra propia patria, donde destruyen y asesinan a los indígenas. La palabra indio sirve para condenar". Arcadio Montiel, líder goajiro.

La comunidad Yukpa, perseguida desde el colonialismo español, pasando por el llamado “puntofijismo” y hoy por el socialismo del siglo XXI, continúa resistiendo para seguir en la defensa de sus tierras, y donde el gobierno del presidente Chávez entrega a las grandes trasnacionales del carbón.


Sabino Romero, cacique de los Yukpa, durante años viene resistiendo junto a su pueblo y otros pueblos originarios, la violencia ejercida por los terratenientes de la Sierra de Perijá, el paramilitarismo y las trasnacionales del carbón, quienes pretenden echarlos de sus espacios donde han vivido desde tiempos ancestrales.

Hoy el socialismo del siglo XXI y su justicia, que al igual que las culebras siempre muerden a los que están descalzos, pretenden encarcelar de por vida a SABINO ROMERO, por resistir, pelear y no ponerse de rodillas frente al capital trasnacional y el gobierno, quienes a nombre del socialismo pisotean y arremeten contra los pueblos originarios.

LA JUSTICIA SOCIALISTA

La comunidad Yukpa, permaneció durante muchos días, frente al Tribunal Supremo de Justicia, solicitando y exigiendo que se cumpla con la llamada Constitución Bolivariana, que establece en su artículo 260, de manera clara y precisa que los conflictos que se presenten en los espacios territoriales de los pueblos indígenas, deben ser resueltos por su propia justicia y no por el llamado Estado.

La contradicción y la ambivalencia de la “justicia socialista” ponen a prueba lo que las clases dominantes llaman “Estado de Derecho”, cuando se trata de los intereses del capital trasnacional.

El profesor José Quintero Weir, titular de la Universidad del Zulia y especialista en lenguas y culturas indígenas, manifestó en nuestra redacción “que tal situación pone en evidencia la ejecutoria del gobierno, pues en su discurso reivindica a los indígenas, pero en la práctica los condena. No se esta pidiendo nada contrario a lo que dice la Constitución Bolivariana –continua diciendo el profesor Quintero- eso sólo se aplicaría si los muertos hubiesen sido en un conflicto entre indígenas y blancos en un espacio territorial no indígena. Pero lo que ocurrió en octubre del año pasado fue entre la propia comunidad indígena y en su propio territorio”.

El declarante manifestó a la redacción de RUPTURA, que las comunidades indígenas Chaktapa y Guamo Pamocha, se pusieron de acuerdo para darle solución al problema y ahora el Estado, no puede colocarse por encima de la Constitución y de lo que resuelvan los indígenas y la gran diferencia entre ambas justicias es que la del Estado es punitiva y la de los pueblos originarios es reparadora.

Es bueno indicar- afirma el profesor Quintero- que lo ocurrido en Guamo Pamocha, donde murieron tres personas y otros tantos resultaron heridos, fue responsabilidad de la Comisión Nacional de la Demarcación de Hábitat y Tierra, producto de la tardanza y la mala dirección y conducción del proceso de demarcación de tierras.

Ese retardo trajo como consecuencia, unos heridos, unos muertos y ahora unos presos, entre los cuales se encuentran Sabino Romero, Olegario Romero y Alexander Fernández.

DEL ZULIA A TRUJILLO

A pesar de que el pueblo Yukpa, le exige a la “justicia bolivariana” que el caso de sus dirigentes detenidos debe ser resuelto por su propia justicia, tal y como lo establece la Constitución, el TSJ le ordenó al Tribunal del Zulia que remitiera el expediente al Circuito Judicial Penal de Trujillo y de esta manera empezar el acostumbrado ruleteo que tanto practicó la “justicia” adeco-copeyana del puntofijismo.

Ante esta situación, la comunidad Yukpa ha manifestado su preocupación por la vida de los detenidos y han señalado que no conocen la ciudad de Trujillo, tampoco sabemos como los irán a tratar y lo peor, no tenemos dinero para ir a visitarlos y estar vigilantes, sobre todo por la vida de nuestros detenidos.

Es la voz de las comunidades originarias, que se levantan indignadas, para seguir denunciando la opresión, el maltrato, la persecución, el asesinato, porque pareciera que se continúan los planes de exterminio que tanto se practico durante la colonia, planes que culminaron para ese entonces, con el asesinato vil del heroico Guaicaipuro.

La práctica del gobierno del presidente Chávez, que se dice revolucionario, sin duda hoy día, le esta dando a los pueblos originarios una muy triste lección, que parece empujar hacia tras el tiempo de nuestra historia. Las indignadas protestas de los pueblos indígenas, ven en esta ejecutoria del gobierno socialista, revolucionario, protagónico y de participación, una afrenta a la dignidad de sus pueblos y donde en la práctica se sigue empeñado en forma solapada, seguir truncando la evolución de sus procesos culturales y lo peor, negando sus formas de organización social, de justicia, sus costumbres, sus lenguas, su derecho a decidir sobre su futuro y sus modos de vida.

ORGANIZAR LA RESISTENCIA

Frente a estas políticas gubernamentales, donde se les impone la “justicia revolucionaria del socialismo” a nuestros pueblos indígenas, pisoteando su condición humana, sólo queda el derecho inalienable de la rebelión.

Para muchos miembros de las comunidades indígenas, que sentaron sus protestas frente al llamado Tribunal Supremo, indicaron que ante tanta injusticia y perversidad, sólo les queda organizar la resistencia frente al capital trasnacional, los terratenientes y el paramilitarismo, que han tomado la Sierra de Perijá como propiedad por los intereses que estos sectores allí tienen y donde el gobierno regional y nacional se confabulan para desalojar al pueblo Yukpa.
“No creemos en la justicia blanca” –señalaron muchos de ellos- pues es una justicia, que no cambia en absoluto, los métodos de rapiña del conquistador, cuyos objetivos bien precisos hoy día y bajo el manto del socialismo, no se han detenido ante la bondad de nuestro pueblo y blandiendo la bandera de la revolución y su ejército invasor, han desatado la más cruenta persecución, en una violencia de exterminio y despojo.

Sólo nos queda como alternativa, organizar la resistencia, frente a quienes pretenden quedarse con nuestras tierras y cuya política es dividirnos, para conseguir con mayor eficiencia y eficacia sus planes de despojo territorial. No nos dejan otro camino. Al igual que ayer, nos obligan a defendernos, porque de lo contrario desapareceremos como pueblos indígenas, culminaron diciendo los representantes de las comunidades originarias.


Por: Tercer Camino