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Revolución Continental

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viernes, 23 de enero de 2009

EN LA FISS 2.009 NO AL RITO SÁDICO Y REPUGNANTE.TOREO: ni arte, ni cultura. TORTURA.













¿Sabes lo que le sucede al toro antes de entrar a la corrida?
Much@s ignoran sentad@s en el palco, en medio de la Bulla y las emociones, que la “FIESTA BRAVA” comenzó antes para el Animal.
El toro estuvo dos días encerrado, a oscuras, y sin beber agua.
Le recortaron los cuernos.
Le colgaron sacos de arena mojada en el cuello.

Lo golpearon con palos en los testículos y los riñones.
Le dieron purgantes para debilitarlo.
Le untaron grasa en los ojos para dañar su visión.

Le metieron algodones en la nariz para dificultar su respiración.
Le mojaron con aguarrás las patas para desesperarlo con el ardor insoportable.

¡Pero esto no es todo, hay otro animal que sufre!

El rito sádico incluye también caballos. Los picadores montan animales viejos a los que el toro rompe las costillas o destripa en las primeras embestidas.
Les colocan una pechera simulando protección. Así, el público no ve las horribles heridas y las vísceras que afloran.

A los caballos les han cortado las cuerdas vocales para que los relinchos de dolor no molesten al público.
Mientras los caballos son despanzurrados, los picadores desangran al toro clavándole lanzas en el lomo.

¿Lanzas en lomo? ¿Y de qué son esas lanzas?

Son arpones de acero que desgarran músculos y nervios, y causan un dolor espantoso con cada movimiento del animal.

Cuando ya es hora de matar, detrás de la muleta del “valiente” torero se esconde la espada que no clavará en el corazón sino en los pulmones.

A pesar de la estocada, el toro moribundo se resiste a caer. En un último esfuerzo por escapar de la tortura, se encamina a la puerta por donde lo hicieron entrar.

Ahora lo apuñalan en la nuca y le seccionan la médula espinal. El toro queda sobre la arena, paralizado, sin poder respirar.
Muere ahogado en su propia sangre, que le sale a borbotones por la boca y la nariz.

La multitud pide a gritos que le corten las orejas o el rabo para premiar al "muy valiente" torero.

Y entre la ignorancia, bulla y emociones, este vergonzoso “espectáculo” concluye por el día. Mañana y lo que queda de temporada se repetirá, much@s desde el palco gritarán: OLEeeeeeee…

Este rito salvaje y repugnante ha sido copiado en algunos países de América Latina.

A pesar de las protestas ecologistas, los gobiernos no las prohíben. Las corridas de toros representan un negocio muy lucrativo para un puñado de empresarios sin escrúpulos.

“Mahatma Gandhi decía que la grandeza de una nación y su progreso moral se miden por el trato que dan a los animales”.

Colectivo: RADIALISTAS.NET
Autor: Luis Gilpérez Fraile