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Revolución Continental

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miércoles, 8 de febrero de 2012

Enrique Contreras: "Votar es legitimar el modelo de dominación"







Por Enrique Contreras

Las elecciones tal y como están concebidas, son instrumento para la dominación, tanto en el socialismo como en el capitalismo. Allí se impone la lógica del poder que transmite su ideología, haciéndoles creer a los excluidos y desinformados, que estamos viviendo en democracia.

Nosotros no elegimos en un proceso electoral, nosotros votamos por los que imponen los partidos, ellos son los que eligen, las cúpulas corrompidas de esos partidos son los que imponen el candidato y al pueblo sólo se le invita a votar por los candidatos que ellos siempre han impuesto.
Para los que militamos en el colectivo Tercer Camino, no participamos de los procesos electorales por considerar, que de hacerlo, estamos legitimando un sistema de dominación colonial que pisotea la auténtica democracia y que no permite el libre pensamiento y por lo tanto se somete a una población alienada a asumir de manera resignada las imposiciones de los grupos políticos, que sólo buscan permanecer con sus respectivas cuotas de poder, para seguir disfrutando de los privilegios y mieles que da el gobierno a costa de las necesidades y de las miserias de nuestro pueblo.

No somos abstencionistas a ultranza, si los procesos electorales se plantearan con real participación popular y sus candidatos surgieran del propio seno del pueblo, en busca del bien común y la perfectibilidad de la sociedad, estaríamos en un escenario político distinto a los que tenemos, pero ello solamente se podrá lograr cuando los pueblos insurjan de manera consciente y asumiendo su responsabilidad histórica para construir un nuevo modelo civilizatorio que realmente emancipe a la humanidad.

(…)

Creo que no existe una institución más malévola en los llamados países democráticos que los propios partidos políticos, ellos niegan la democracia, pues imponen un pensamiento, una doctrina cuando la hay, una línea y el que la desobedece es expulsado de esa organización, no hay derecho a la disidencia y su mandato es vertical, hasta el punto que muchas veces sus direcciones son de por vida, ejemplo de ello es el propio PSUV, que dice ser revolucionario y tienen un Presidente de partido de forma vitalicia, que inclusive ni le consulta a su directorio y mucho menos a las bases las decisiones que se toman.

Los partidos políticos son producto de la lógica de la dominación, del colonialismo, se crearon para controlar y domesticar la población, vigilarla, hacer que los obedezcan, su militancia se vuelve un rebaño que se manipula, se utiliza, se maneja cuantas veces se les viene en gana, es la lógica del poder, pues en su gran mayoría la militancia que tienen es obligada valiéndose de la necesidad de la misma, ya que el partido que está en el gobierno siempre exige el carnet de su organización partidista por ejercer el poder, bien sea en una Alcaldía, gobernación o presidencia de la república. Ahí es donde uno se pregunta dónde está la democracia que tanto pregona, la libertad, el derecho a disentir y a pensar distinto.
Los partidos –continua diciéndonos Contreras- le han robado los espacios sociales a la población, porque todo tiene que estar bajo el control de la organización, llámese sindicato, comuna, gremio o cualquier otra organización. Son espacios panópticos para someter al ciudadano y poder ejercer el control.

Creo y sostengo que para que exista una verdadera democracia, esa tiene que pasar por la eliminación de los partidos políticos, hay que eliminar la figura presidencial y reemplazarla por una junta de gobierno o un triunvirato o como le queramos llamar, esa democracia tiene que elegir un Congreso popular sin privilegios económicos y políticos, acabar con toda institución que establezca relaciones de poder vertical, para que exista una verdadera democracia hay que darle horizontalidad al poder, donde el pueblo realmente decida y los que tengan que ejecutar las políticas económicas y sociales manden obedeciendo. Y esto sólo se lograra en una verdadera revolución donde participen civiles, militares y religiosos, en otras palabras tiene que ser producto de una insurrección popular para que desemboque en una Asamblea Constituyente Originaria y de esta manera empezar abrir el camino para la emancipación de nuestros pueblos.