Fotografías y textos Francisco
Elías Prada
La necesidad de los pueblos de
emanciparse, sigue siendo el proyecto político de este tiempo, los grandes
medios de comunicación de masas están al servicio de los intereses del poder
político y del poder económico espurio, todos sus mensajes están enajenados por
sus intereses de clases, una mezcla engañosa de cultura populista con clara
esencia comercial, sirve como mecanismos de enajenación en contra de los
grandes conglomerados de seres humanos que pugnan y resisten por sobrevivir,
dentro de la mayor crisisde occidente y sus valores. Los medios alternativos desde
la individualidad y desde lo colectivo, construyen una contraofensiva, que se
alimentan de la cultura popular y de la cultura de masas, generando y
construyendo a partir de allí nuevas propuestas, que cobran vida con su
accionar social, generando la posibilidad de conectar desde pequeños espacios
hasta comunidades más complejas, gestando información, divulgando y entregando
un testimonio legítimo y una denuncia en relación a las graves situaciones
actuales de injusticia, de represión, de violación de los más elementales
derechos de nuestras comunidades, los medios de lo alternativo, tienen el
compromiso de contribuir en la construcción, de manera definitiva con el deseo
legítimo de las grandes mayorías en la búsqueda efectiva de esa emancipación en
el momento histórico actual.
La resistencia hoy…
Sobre diversos espacios se alza,
entre los hombres, una perpetua frontera que los separa, un espacio más allá de
lo físico, lo real, lo imaginario, más allá de las geografías, de los límites,
de los sistemas ideológicos, un espacio lleno de prejuicios en todo orden donde
la discriminación étnica, social, la xenofobia, el racismo; son parte del día a
día y toman vida bajo la mirada indiferente de una gran mayoría de nosotros,
allí les son violados todos sus derechos, el etnocidio, la terrofagia, el
ecocido, la transculturización, la explotación minera por parte de grandes
trasnacionales, las misiones religiosas, la represión, la negación del otro,
son instrumentos de un sistema mundial, de un pensamiento único, que niega la
diversidad y que intenta imponer a toda costa su visión, su sistema de valores,
que amenaza la existencia física y cultural de estos pueblos.
Imágenes que comunican,
encuentran identidad en la resistencia, en la lucha cotidiana de estos pueblos
y minorías por el respeto a sus derechos. Se trata entonces de dar voz a estos
espacios, y correr el riesgo de convocar la reflexión y la acción. Se trata de
visibilizar estas luchas y estas resistencias.
Esta síntesis visual despliega su
capacidad expresiva en lo conceptual y estético, y crea una propuesta que
indaga, testimonia y divulga, desde el interior de esta confrontación,
asumiendo un compromiso y profundizando la búsqueda de un nuevo documentalismo
crítico, contribuyendo como agente de una visión que busca transformar la
mentalidad existente hacia estos pueblos y minorías, y la visión que tienen
estas comunidades de sí mismas. La fotografía con sus valores propios nos
acerca a estos mundos, logrando la posibilidad de una conexión real, la posibilidad
de reflejar a través de este medio los conflictos por existir, como pueblos que
hoy luchan por sus legítimos derechos.
El aporte, de cada uno de
nosotros, como comunicadores con compromiso humano y social, se inicia al
apropiarnos de nuestra verdad historia, de nuestras raíces y nuestras
necesidades y expectativas, para así hacernos visibles ante un mundo que nos
aplasta y nos impone un modelo como verdad única. Sólo desde adentro, desde
nosotros, desde lo pequeño, podremos lograr cambios en este orden y realmente
demostrar lo que somos y no la realidad conveniente que reproducen los medios
sobre nosotros, asumiendo lo que somos desde lo pequeño, comunicando y
confrontando a los medios que nos desdibujan al lado de sus políticas
dominantes de estado y su de su poder económico. Una comunicación que trasgreda
los muros de la ficción, de la publicidad y de los medios de masas.
Cada uno de nosotros es un
comunicador, en nuestros barrios, en nuestros centros de estudios, en nuestros
centros de trabajo en nuestras comunidades. Cada uno de nosotros debemos
convertirnos en difusores del rescate de nuestra memoria. Y así lograr
ese estadio de emancipación, sólo nosotros mismos nos liberaremos de la esa
visión que nos desvirtúa. Cualquier instrumento es bueno para comunicarnos, una
palabra, un grafiti, un periódico, una voz, un grito, una canción, un poema,
una fotografía etc. Todos somos comunicadores, todos somos sujetos activos de
la historia.