La Guarura, palabra de los pueblos en lucha
Consenso de silencio en la polarización y el consuelo de que
es un plan desestabilizador.
A 48 horas de la firma fraudulenta del Contrato Colectivo de
SIDOR y pese a la contundente movilización de los trabajadores y de las
asambleas en rechazo a esta maniobra del gobierno, el país que se entera por la
gran opinión pública no tiene una idea clara de los acontecimientos, el
consenso del silencio reune a medios públicos y privados nuevamente alrededor
de un acto de la lucha social. Sólo hay que ver los titulares de Últimas
Noticias y de El Universal dando por cierto y bueno el acuerdo logrado entre
los trabajadores y el Gobierno.
Entiéndase bien, el conflicto de los trabajadores de SIDOR no ha ocupado
las primeras planas, simplemente no se ha podido ocultar, sobre todo ante la
represión y la criminalización ejercida por la Fuerza Armada contra la movilización,
sin embargo la prensa y los medios privados se hacen eco de los públicos,
incluso más dicretos, para dar vivas a la versión gubernamental de la firma
exitosa de un contrato.
Veámoslo mejor, algunos diputados ( los de Andrés Velázquez
y otros bichitos) y personeros de la oposición intentaron hacerse de las
denuncias en SIDOR, no en vano son la escoria rendida que se asimiló a la clase
política de las viejas luchas sociales y obreras y es Guayana su terreno
natural de acción, pero no hubo un pronunciamiento de la MUD en favor de los
trabajadores, unos intentos tímidos de aprovechar la confusión, pero no lo
tenian previsto, definitivamente no es su peo. Elargumento de que esta es una
operación opositora, guarimbera, sólo le sirve al facho de Diosdado Cabello y a
los chavistas que quieren dormir tranquilos mientras extrañan la Hojilla de sus
consuelos.
Insistimos en verlo bien, no para tranquilizar y convocar al
llamado chavismo crítico a mostrar una solidaridad más decidida con la lucha de
los trabajadores, que olvidado del caracter de clase de las luchas necesita un
anuncio de “camino despejado de escualidos” para decir algo, insistimos para que no sirva de excusa a
nadie que aún cree que este es el gobierno de los trabajadores o de los
pueblos.
Una identidad de lucha, recuento apurado y perpectiva.
Pese a los esfuerzos de disolución de la misma, en La Zona
Industrial de Matanzas persiste una identidad de lucha y una memoria de combate
que aún se expresa en estas movilizaciones. Ya sus dirigentes no son los
mismos, algunos de ellos asimilados por la clase política en la nueva
polarización ya no tienen influencia alguna en el movimiento, pero las
conquistas de entonces aún se reflejan en la capacidad de movilización actual
cómo cultura política arraigada en los trabajadores.
La respuesta de los trabajadores al madrugonazo que
pretendía el gobierno al quebrar a algunos de los dirigentes del Sindicato ha
tenido respuesta inmediata en movilizaciones y en asambleas multitudinarias.
Hay que recordar que el movimiento siderúrgico conquistó la democracia sindical
hace 30 años y fortaleció la participación directa de los trabajadores en la
dirección de sus luchas creando las delegaturas departamentales electas en
forma directa y con la misma fuerza que los electos en el comité ejecutivo de
SUTISS, para blindarse entonces con la democracia obrera de los asaltos que la
CTV y Fetrametal hacian a su antojo de las estructuras sindicales. Sumado a
esto nació entonces una sólida cultura asamblearia para refrendar todas las
decisiones, acuerdos y propuestas que se hicieran en este sistema deliberante
de l0s trabajadores.
Los reflejos de estas conquistas persisten, pese al esfuerzo
que se ha hecho de borrarlas, sobre todo desde las mafias “bolivarianas”
sindicales encabezadas por el burócrata sindical Nicolás Maduro de la llamada
FBT y apadrinadas en la región por el Gobernador Rangel Gómez.
Esta cultura de lucha ha servido por ejemplo, para defender
decididamente la democracia venezolana en la coyuntura del 12 de abril de 2002,
realizando un Paro General contra la intentona golpista de entonces de toda la
zona industrial con los dirigentes de SUTISS a la cabeza y luego, para dirigir
la lucha por la renacionalización de SIDOR en abierta contradicción contra los
intereses gubernamentales de entonces.
No podemos olvidar que a partir de este acontecimiento
histórico, la renacionalización de SIDOR, y luego de bautizar a la Siderúrgica
con el nombre de nuestro compañero Alfredo Maneiro, el esfuerzo de la gerencia,
de las autoridades gubernamentales y de la burocracia sindical bolivariana, fue
tratar de aislar y sacar del juego a los sujetos de lucha fundamentales en el
logro de aquella conquista, sustituirlos por otros de culaquier manera.
Cómo dijo Yuri Valecillos en uno de su recientes artículos,
no sólo de pan viven los trabajadores de SIDOR, junto a las exigencias
laborales han denunciado el engorde de las nóminas por las mafias sindicales
que buscan hegemonizar desde la administración del poder, la gerencia incapaz y
corrupta, el debilitamiento de la democracia sindical, la incoherencia de la
praxis burocrática ante el discurso del Plan Guayana Socialista, incluso
propuestas contractuales de control obrero, frente a las farsas del control
obrero.
Para la Guayana de hoy, los trabajadores de las empresas
básicas, son una clase privilegiada entre los trabajadores, la población ha
crecido y cómo en la industria petrolera, ya no es tan fácil entrar en las
nóminas. Igual que en la industria petrolera, ha surgido el negocio de la venta
del empleo y una nómina sin precedentes de tercerizados. Todas estas variables
se cobijan bajo las banderas del PSUV y de la FBT y tiene padrinos cómo el
propio Gobernador Rangel. Basta recordar que apenas hace dos meses, uno de los
dirigentes de estas mafias, apodado “gordo Bayón”, con antecedentes penales
inequívocos, falleció en un ajuste de cuentas reivindicado desde la carcel de
El Dorado, al salir de una reunión en Miraflores, donde fue impuesto como
representante del sector de la construcción por la FBT y el propio gobierno
Nacional.
Es urgente que veamos las luchas de los trabajadores de
SIDOR desde sus antecedentes que pretenden ser olvidados y borrados y retomar el camino en un
entendimiento digno y de clase del papel que deben y van a jugar las luchas
sociales en la reconstrucción de nuestros caminos.