Recortes energéticos: el interior oscuro de la desigualdad
Un día si y otro también estamos siendo testigos de primer orden del racionamiento energético en el Estado, y por lo que tenemos entendido en varias regionales del país, a causa de los desajustes climáticos que han venido embistiendo a Venezuela en los últimos meses.
Totalmente comprensible situación se ha vuelto un elemento generador de desasosiego, incomodidad y hasta perjuicios materiales para muchas y muchos que habitamos este territorio.
Sería de irresponsables no llamar –en una situación de crisis en los embalses- al ahorro y al uso responsable de los recursos, no por una circunstancia coyuntural, sino que debería formar parte de la cultura instalada e instaurada por más de 10 años de insistencia en la teoría del socialismo y el desarrollo sustentable, la equidad y la utilización razonable de los recursos materiales y naturales con que se cuenta.
Sin embargo, la coyuntura obliga y es entendible a todas luces, que hoy faltan no solamente para abastecer al país, sino también para entender como en este marco no se ha procedido a un plan de racionamiento inteligente, coordinado y publicitado en todo el territorio nacional.
Llama más que poderosamente la atención que una vez elaborado, anunciado y puesto en práctica un plan de racionamiento en la zona metropolitana de Caracas, haya sido dejado de lado, aún antes que le diera tiempo a los bombillos a volver a su temperatura ambiente.
Con todos sus defectos, el plan preveía un cronograma zonal de cortes con sus respectivos horarios; se argumentó que no fue suficientemente difundido para que la población tomara sus previsiones, entre otras motivaciones.
Pero cabe preguntar, y es la pregunta que por lo menos aquí en el Táchira nos hacemos cotidianamente, dónde está el cronograma de corte con sus zonas y horarios, para tomar las previsiones del caso?. La respuesta cae por su propio peso. No hay; pero sin embargo los cortes siguen, a toda hora, a cualquier hora y en el momento más imprevisto, imposibilitando cualquier planificación de las actividades cotidianas, quebrando de cuajo cualquier coordinación en el caso de las comunicaciones para el establecimiento de trabajos con colectivos locales, regionales o de otros países –todo esto como mal menor.
No es para nada descabellado un llamado urgente de atención a las autoridades en la materia para que no se sigan cometiendo estos tratos discriminatorios para con la población que no vive en Caracas o en sus zonas aledañas, para que –concientes de las dificultades de la hora- podamos todos apuntalar un plan decente, ordenado y coordinado de racionamiento que a todos beneficie y no por el contrario, la actual anarquía organizacional que a todos exacerba, inunda el ánimo de desconcierto, y lógicamente se establecen consideraciones políticas arrimando agua para el molino de quienes hoy pretenden quizás “sembrar” esta sensación de indefección entre todas y todos.
Es de orden pues, replantearse la actual manera de llevar adelante esta sucesión de cortes intempestivos, imprevistos y de duración y frecuencia inciertas.
El silencio de los más es el arma de los menos para subyugar los derechos de todas y de todos, reclamar lo justo es de orden.
Por: Víctor Manuel Rodríguez
Colectivo: CDP Corresponsales Del Pueblo