Plaza de Palmira convertida “en el bar más concurrido”

Un pronunciamiento público y un llamado de atención están haciendo los vecinos del Sector Los Alegres del municipio Guásimos de Palmira a las autoridades municipales, Consejos de Protección local y regional, policía y guardia nacional, ante el lamentable espectáculo en el que se convierte el final de desfile a las doce y seis de la tarde con carrozas y comparsas que con gran esfuerzo y empeño realiza cada capitanía.

Afirman los afectados, que la comunidad defiende y pide que se mantenga la tradición de estas fiestas, en las cuales las familias del municipio, aldeas y localidades circunvecinas disfrutan de vistosas carrozas, coloridos disfraces, bebidas espirituosas y programas alusivos al gentilicio palmirense como una ofrenda que antecede a la celebración de la misa de aguinaldo.

El grave problema se presenta, cuando estas comunidades se retiran a sus respectivos sectores y entonces las autoridades permiten el consumo libre de licor hasta altas horas de la madrugada en los alrededores de la plaza, donde los jardines y las puertas de las viviendas se convierten en los baños públicos y los umbrales en refugio de parejas en búsqueda de privacidad.

Así mismo, proliferan los equipos de sonido con excesivo volumen cual rocola ambulante, como antesala a los escándalos y a las riñas a pico de botella, con arma blanca, y ni hablar de los insultos entre los borrachos, que no dejan conciliar el sueño a quienes tienen el compromiso para trabajar al día siguiente.

Aseguran los denunciantes que esta zozobra afecta de manera directa a unas 300 familias entre niños, niñas, adolescentes, adultos y ancianos que viven la tragedia del trasnocho, con el riesgo de ser despertado a cualquier hora por un mortero dentro de su propia casa.

Recuerdan que la vida privada es un derecho y son las autoridades las llamadas a garantizarlo, pero desde la inauguración del alumbrado navideño realizada el pasado viernes 12, el municipio colapsó, no había por dónde entrar ni salir del pueblo ante la colocación de una tarima que permaneció desde las 9:00 AM hasta las 9:00 del siguiente, obstaculizando las paradas de taxi, funcionamiento de farmacias y la ubicación del colegio al que todavía asistían niñas a clase.

De igual modo, se observa con preocupación que la inversión millonaria realizada para mantener esta plaza digna de ejemplo para muchos pueblos, se pierde en nueve días de fiesta bajo la mirada cómplice de los mandatarios locales.

Reconocen los afectados la belleza de la plaza, pero lamentan el espectáculo de basura, botellas regadas, bolsas, contaminación y todo cuanto significa al día siguiente el disfrute de unos, porque ganaron mucho dinero con la venta del licor y, la impotencia de otros que tienen años clamando por el derecho a vivir en paz y a disfrutar de un ambiente sano y libre de contaminación, en un “intercambio realmente cultural y de una tradición que debería permanecer en el tiempo” tal y como la define la Ordenanza que regula estas festividades aprobada y refrendada por quienes la violan frecuentemente como son el alcalde y los concejales.

AutorA: Elsa Carrillo