Por Opción Obrera
Al Estado
en su interés de explotar el petróleo desde la perforación hasta la refinación
les importa un comino las condiciones mínimas de seguridad en las condiciones
de trabajo como el derecho a respetar las convenciones colectivas. Las
comunidades vecinas a los sitios de refinación tanto en Amuay y Cardón, como en
Puerto La Cruz y El Palito, unas planificadas y otras no, son un monumento al
riesgo por parte del Estado al admitir viviendas al lado de unas “bombas de
tiempo” necesarias para mantener la voracidad capitalista de ingentes ingresos
por la venta de petróleo y sus derivados. Las condiciones de
mantenimiento, tanto preventivo como correctivo o las paradas regulares y
planificadas en las refinerías, son las peores en muchos años y no se pueden
esconder. Las actas y notas de denuncias de los delegados de
prevención, salud y seguridad laborales son constantemente burladas e
incumplidas sus correcciones por la burocracia roja rojita designada por PDVSA.
En el caso
de la tragedia sucedida en Amuay, se palpa inmediatamente que desde hace muchos
años, desde la cuarta república y la quinta actual, nunca se debió permitir
disponer de concentración humana cercano a un sitio tan peligroso como esa área
de almacenamiento. La PDVSA de la “revolución bolivariana y socialista” ha
permitido que tanto la ubicación de un destacamento militar como un campamento
de sus familiares, así como el área de viviendas en el campamento de Judibana,
se encuentren adyacentes al patio de tanques y en particular a donde se ubican
las esferas de gas (Alta Presión) de la refinería. ¿Necesitábamos que
lo que pasó sucediera para saber de las condiciones de alta peligrosidad para
sus habitantes? Para el gobierno bolivariano es el petróleo y sus
derivados lo que importa porque con sus dólares se sostiene el Estado de los
capitalistas.
Esa
comisión debe ser elegida por los propios trabajadores y las comunidades
afectadas, debe tener todos los derechos en acceder a todas las instancias y
registros para alcanzar la verdad y se sepa quiénes son los violadores de la
seguridad que causó tantas muertes en ese momento y de otros tantos
trabajadores en los últimos años. A los trabajadores petroleros es obligatorio
que PDVSA les garantice la seguridad pues laboran en una bomba de tiempo, del
mismo modo debe proceder a reubicar a un sitio seguro las viviendas, servicios
o comercios aledaños a la planta.
El
“saboteo” está por toda Venezuela
Las
carreteras abandonadas y repletas de cráteres por muchos años desde antes de la
campaña electoral, las malas condiciones del transporte colectivo por tierra y
aire, los hospitales, las escuelas, la vivienda, los servicios más básicos como
la energía eléctrica, el agua potable, el gas, las plantas industriales, el
armamento en las prisiones y fuera de ellas, todos son el pan de cada día del
“saboteo” para todos los venezolanos de las comunidades. Permitir continuar
esta situación es avalar el crimen al suceder tantas bajas por estas
condiciones de riesgo.