Carlos J. Acosta
Un nuevo proceso electoral ha
concluido, una nueva victoria del chavismo ahora sin la presencia física del
comandante, nuevas decepciones en la oposición, euforia en las filas del
gobierno. Parece que nada ha cambiado y que todo sigue igual que en los últimos
14 años. Será verdad? Veamos.
El psuv gana 20 gobernaciones
entre ellas 4 que estaban en manos de la oposición, todo un éxito ciertamente.
Sin embargo Aristóbulo flamante sucesor del físicoculturista en Anzoátegui
asoma que no fue una victoria perfecta. Que vaina con el negrito, siempre de
aguafiestas.
Pero esta vez comparto su opinión
porque en revolución no hay victoria perfecta, sino que hay que vencer
diariamente ya que una sola derrota puede acabar con lo logrado de un plumazo.
Claro que Aristóbulo se enfoca en lo ocurrido en Miranda y nuevamente acierta
aunque creo que hay otros detalles a tomar en cuenta.
Quienes son los electos
gobernadores? Debe uno alegrase por sus triunfos? Ante el recuerdo de El
Amparo, tenemos que emocionarnos con el premio a Rodríguez Chacín? Toca a los
mineros, indios y trabajadores de Guayana estallar de júbilo por la reelección
de Rangel Gómez? En verdad la conquista de la gallina parlanchina en el Zulia,
es un triunfo de la revolución? Será que Vielma Mora y su gusto por la empresa
privada y los impuestos impulsará las comunas? Preguntas que solo el tiempo
responderá, pero no deja de ser interesante que el Tachira un mes antes derrotara
a Chávez y ahora se vuelca masivamente por el gerente de la revolución.
En lo que corresponde a la ínsula
donde pasamos gran parte de nuestra vida, la verdad es que cualquier personaje
que aparezca así sea un milico de dudosos antecedentes reconforta a los
margariteños cansados de Morel y su combo. Seguramente los carabobeños dirán lo
mismo. Pero de ahí a hacer fiesta porque se eligieron 11 militares hay un gran
trecho. Eso de que entre los ladrones de ellos y los nuestros, me quedo con los
nuestros nos iguala con Roosevelt y no nos gusta colocarnos a esa altura.
Ahora bien, estas elecciones
dejaron algunas cosas buenas como el triunfo de Erika Farías, ojalá se lleve a
todo su Frente Francisco de Miranda para Cojedes y no salgan en los
próximos 20 años. Otra para celebrar es la salida de Maestre con su nefasta
herencia.
Un aspecto interesante es el
espectacular triunfo de la abstención. Lo de la oposición se veía venir por la
variedad de intereses que la mueven y ahí cada uno jala brasa pa su sardina,
pero del lado de acá casi 4 millones de los que votaron por Chávez no fueron
ubicados por la mentada operación remolque. Para nada sirvieron ni la
desesperación de los anclas del SNMP ni los cuentos del primer yerno de la
república. Lo cual deja al chavismo como la mayor de las minorías.
Evidentemente, Chávez sigue
ganando y demostró que puede transferir votos a sus ungidos, pero Reyes Reyes y
la alegremente olvidada verduga de Sabino demuestran que no puede transferir
todos los votos ni a todos los candidatos. Y entonces tenemos que se eligieron
los gobernadores, y ahora qué? Que puede esperarse de unos tipos y tipas
cuya campaña fue vota por mí para que Chávez no deje morir de mengua al estado.
Nosotros no esperamos mucho, estaremos pendientes de las primeras medidas de
Aristóbulo que sirvan de ejemplo para empezar a esfaratar las
gobernaciones.
Por ahora, solo ha dicho una gran
verdad la victoria no fue perfecta porque lo que algunos llamaron la joya de la
corona no se obtuvo. Muchos comentarios hemos escuchado y leído sobre lo
sucedido en Miranda, ataques indiscriminados que señalan un supuesto
aburguesamiento de los barrios mirandinos y que son unos traidores los
que no votaron por Elías Jaua.
Nosotros pensamos que cada quien
tiene derecho a ver la vida a su manera y si buena parte del pueblo, recuérdese
que los abstencionistas fuimos mayoría, decidió que Elías no era un buen
candidato para dirigir una gobernación pues debe tener razón, o en qué quedamos
no y que la voz del pueblo es la voz de Dios.
Claro está que ante la actual
situación de salud del presidente, las molestias del chavismo se entienden
porque una derrota de Capriles dejaba sin candidato visible a la oposición ante
una probable nueva elección presidencial. Ahora, la derrota de
Pablo Pérez y la escasa votación hacia el partido de Leopoldo López deja a
Capriles el camino allanado para volver a postularse, de ahí que se le siga
atacando porque si no se gana la presidencia las 20 gobernaciones seguramente
pasarán trabajo con un presupuesto reducido, por aquello de la salsa buena para
el pavo…
Ante ese escenario logrará el
chavismo consolidar una candidatura, aceptará Diosdado la orden del líder,
probablemente lo hará por supervivencia. ¿Pero se podrá confiar en el
compromiso revolucionario de Arias Cardenas, Vielma Mora y Rangel Gómez
luego de la salida del escenario político de Chávez?.
No se por qué, pero no les creo.
Otra política es necesaria