Por Yuri Valecillo
Imagino que Maduro no conoce lo que es la Anarquía, y es que eso de estar
acusando a uno y a otro de anarquista sólo porque no se cuadran ante el jefe,
me parece delicadillo. Señalando con el dedo flamígero del poder cualquier cosa
como “comunista, anarco/sindicalista/populista, bruja, etc.” y a la hoguera o
de la opinión pública o a la de leña verde.
Buscando libros conseguí 1) La conquista del pan (en
francés: La Conquête du Pain) un libro cuyo autor es el anarquista ruso y padre
del comunismo libertario Piotr Kropotkin. Escrito en francés, apareció por
primera vez como una serie de artículos en los panfletos y en los periódicos
libertarios Le Révolté y La Revolté (ambos editados por Kropotkin). Y un par de
cuadernillos de Bakunin.
Esto de las tres R todavía está en pañales
si no es que nació muerta. Se los enviaré por correo (ipostel) para probar la
calidad del servicio de correo de nuestra república; no me atrevo a decir que
un presidente carece de lecturas y Maduro menos que nadie, él es un lector y un
militante que seguramente sus múltiples tareas no le permiten hasta ahora
conseguir o tener este texto en las manos y conocer algo de Teoría Anarquista.
Una de las cosas complicadas que nos ocurre en América
Latina es que hace tiempo dejamos de ser el volcán político, teórico y social y
el epicentro porque este se trasladó a oriente: Siria, Irán entre otros. Con
mayor movilidad social, variables políticas muchos más atrevidas y
participación del movimiento popular de manera más directa.
Esto de tener como íconos del talento a Pedro Carreño o a
Diosdado que son tipos hábiles pero no de talento, y aunque en el poder casi
con seguridad después que dejen de estarlo nos declararemos con memoria de
teflón para no recordarlos, de verdad no veo mucha sustancia al discurso de
alguno de estos jefes antes jefes militares y hoy jefes civiles. Aunque en cuestión
de ideas siguen manteniendo el orden cerrado.
Los enemigos de la república no son los trabajadores o
campesinos, son los de siempre aunque se declaren como se deseen declarar. Es
imposible tapar los niveles de corrupción cuando vemos que el hermano de un
ministro tiene caballos pura sangre y aparece más en la “gaceta hípica” que
decretos en la “gaceta oficial”. Los anarquistas son otra cosa, si usted señor
presidente conociera la experiencia y la vida de cientos de hombres que
comulgan con esa forma de pensamiento, ideología o forma de vida se
impresionaría.
Son campesinos que producen, obreros que trabajan como el
que más, padres y madres y son un poderoso eslabón de una digna cadena
que resiste las tentaciones del capital y de la deshumanización desde
hace más de cien años.
Fueron anarquistas españoles -sí, republicanos españoles los
que estuvieron en la primera fila, de los que entraron al París liberado
después de largas batallas contra las tropas nazis, ya venían curtidos de la
guerra de España y casi diez años de combates incesantes en contra del fascismo
Europeo y el Nazismo Alemán.
No puedo negar la capacidad movilizadora del presidente
Chávez y entender que tenemos una derecha “nacional” que raya en el fanatismo,
pero eso de calarme en silencio esas acusaciones bizarras de que somos tal o
cual cosa, es distinta.
Y si SUTISS fuera un sindicato anarco sindicalista ¿cuál es
el problema? No existen leyes contra esa propuesta política y si
existiera yo estaría entre los que exigiría que el anarco sindicalismo fuera
legal y pudiera ejercer pública y legalmente su derecho a existir.
No creo en llamados en contra de alguien que profese una
fórmula o propuesta política y no aplaudo lo que considero equívocos. La
vida nos permite acertar y nos lleva a fallar y algunos -a muy pocos- les
permite decir que se han equivocado. La vida, ese largo camino de palabras y de
cosas.