Rubén Alexis Hernández
Cada vez que se escucha a voceros del Gobierno venezolano hacer referencia a
categorías como el antiimperialismo, el anticapitalismo y el socialismo
del siglo XXI, se cuestiona el hecho de que la realidad sea, en buena medida,
distinta a lo planteado en los discursos. Más aún tras saber que la poderosa
compañía petrolera Chevron (estadounidense), tiene excelentes relaciones
comerciales con la empresa estatal PDVSA, gracias a lo cual extrae crudo
de la Faja del Orinoco y obtiene una importante ganancia. Veamos lo que informa
sobre esto un reciente despacho de una agencia internacional de noticias:
«Caracas, 28 ene (EFE).- La petrolera estadounidense Chevron asegura que se
enorgullece del resultado que arroja su sociedad con la estatal Petróleos de
Venezuela SA (PDVSA) para extraer crudo de la Faja del Orinoco (este), la mayor
reserva mundial del hidrocarburo.
Nos sentimos orgullosos de los resultados obtenidos y ser socios de una empresa
como Petropiar", declaró en su primera visita a la Faja la presidenta de
Chevron para América Latina, Kelly Hartshorn, según una nota de prensa
difundida hoy por PDVSA.
La otra empresa mixta que asocia a Chevron con PDVSA en la Faja se llama
Petroboscán, pero PDVSA no ha informado si Hartshorn también tiene previsto
visitarla en esta ocasión.
Hartshorn cumple su primera visita a la Faja del Orinoco junto al gerente de
Recursos Humanos de Chevron, Audrey Camastro.
La funcionaria elogió en Petropiar "el excelente desempeño del talento
humano que hace posible la producción de la empresa mixta", líder "en
materia de seguridad industrial, gracias al trabajo seguro y eficiente",
según PDVSA.»
De manera que cada día es menos creíble que en Venezuela se esté construyendo
el socialismo, concepción de vida que haría verdaderamente feliz a gran parte
de su pueblo. Tanto Maduro como otros funcionarios gubernamentales deberían dar
la cara tras la publicación de la noticia aquí reseñada, y explicar, si es que
son capaces, la alianza con una empresa emblemática del capitalismo transnacional,
como lo es Chevron. Por cierto esta corporación energética es responsable de un
gran desastre socioecológico en Ecuador, situación que evidentemente no importó
al Gobierno “revolucionario” venezolano al negociar con la misma. Tal desastre
aún se hace sentir en el país andino en aspectos como los siguientes (esperemos
que en Venezuela no se esté dando algo parecido, con las autoridades haciéndose
la vista gorda):
«Salud:
- tasas de cáncer en zonas afectadas por contaminación son más altas que serían
anticipadas normalmente;
- tasas de aborto espontáneo en zonas afectadas por contaminación son más altas
que serían anticipadas normalmente;
- tasas de leucemia Infantil en zonas afectadas por contaminación son más altas
que serían anticipadas normalmente.
Agua:
- El agua de la zona está contaminada por toxinas relacionadas a la industria
petrolera. El resultado es que la gente vivienda en la región no tiene acceso a
agua sana.
Pueblos Originarios:
- La pérdida de tierra sufrida por comunidades indígenas a través de la
contaminación y desplazamiento amenaza sus estilos de vidas y capacidad de
reproducción cultural y social.»
(http://rsechile.wordpress.com/texaco-en-ecuador-el-peor-desastre-petrolero-del-mundo/)
La verdad es que seguir insistiendo con ese discurso de un socialismo del siglo
XXI, con características bien particulares (a la venezolana), ya resulta una
necedad por parte del Gobierno venezolano. Es mejor que haya sinceridad y se
diga la verdad al pueblo, es mejor que se admita públicamente que esta nación
caribeña no va rumbo al socialismo sino a un capitalismo al que intentarán
hacer ver como humano, con responsabilidad social. Además es imposible que en
esta época de tanta interdependencia global pueda haber un socialismo
localizado; sería necesaria una revolución socialista mundial para liquidar al
capitalismo, y así forjar al hombre nuevo que salve a la especie humana de su
extinción.