Por: Partido Socialismo y Libertad
Como es sabido por la opinión publica internacional, el
presidente Obama aprobó una Orden Ejecutiva, mediante la cual aplica sanciones
contra el gobierno venezolano, revocando las visas de siete funcionarios y
ordenando la confiscación de las cuentas o bienes que pudieran tener en
territorio estadounidense. Simultáneamente, el jefe de Estado imperialista ha
declarado que la situación política venezolana constituye una amenaza para los
EE.UU.
Condenamos rotundamente la pretensión del gobierno yanqui de
interferir en la política interna venezolana mediante maniobras en las que
alega falsamente preocupación por la corrupción o las violaciones a los DDHH.
El gobierno estadounidense es el mayor violador de los DDHH
en el mundo. Nuestro continente ha sido testigo y víctima de innumerables
invasiones a distintos países de la región. El imperialismo norteamericano ha
sido protagonista de intervenciones militares genocidas en muchos países,
bloqueos económicos y comerciales, y bombardeos indiscriminados contra
poblaciones civiles. Fue el primer y único país que ha usado la bomba atómica
contra un pueblo. En los Estados Unidos se practica la tortura; la policía
persigue y asesina a humildes trabajadores negros y latinos, y en general a los
inmigrantes. Ha sido sostén de oprobiosas dictaduras en todo el mundo. No es
Estados Unidos, principal potencia imperialista del mundo, quien va a dar
lecciones de defensa de los DDHH y de lucha contra la corrupción.
Exhortamos a todos los pueblos del mundo a repudiar esta
medida injerencista del imperialismo norteamericano, y a movilizarse en las
calles de sus respectivos países, en respaldo al pueblo y los trabajadores
venezolanos. Sera el pueblo venezolano con su movilización, quien mas temprano que
tarde le pasara factura a todos los represores, violadores de derechos humanos
y corruptos instalados en el gobierno y en los cuerpos de seguridad del Estado.
No es con acciones mediáticas, ni con la recolección de
firmas sin ningún efecto concreto, ni discursos grandilocuentes, que podemos
enfrentar al imperialismo norteamericano. La única forma de enfrentar el
intervencionismo imperialista es con la movilización obrera y popular de los
trabajadores y el pueblo venezolano, exigiendo que el gobierno tome medidas
contundentes contra los intereses imperialistas.
El gobierno de Nicolás Maduro llama a firmar una carta
vacía, donde no se toman medidas concretas contra el imperialismo. Mientras
tanto, no solo sigue enviando petroleo a los Estados Unidos, si no que aumenta
los despachos del mismo. El pasado mes de febrero la venta de petróleo a
Estados Unidos se incremento en un 8% con respecto al mes de enero.
Por otra parte, hace pocas semanas, el gobierno a través de
Cencoex, otorgó 400 millones de dólares a las empresas automotrices, varias de
ellas gringas. No contento con esto, el gobierno de Maduro acaba de firmar una
“alianza estratégica” con la transnacional norteamericana Ford Motor.
Igualmente, el pasado año el gobierno venezolano firmó acuerdos con tres de las
más grandes empresas de servicios petroleros norteamericanas, la tristemente
célebre Halliburton, principal beneficiaria de la invasión a Irak, Weatherford
y Schlumberger. Con esta última, hace pocas semanas, el gobierno firmó una
extensión de la línea de crédito aprobada en el 2014.
Igualmente, en la actualidad se estaría negociando en Wall
Street un canje de oro de las reservas internacionales venezolanas para obtener
divisas, con un descuento de 7% con respecto al precio internacional del oro.
Asimismo, debido a la caída de la producción de Alcasa y
Venalum, desde hace años el gobierno venezolano le compra aluminio a la
transnacional norteamericana Alcoa.
Todo lo antes dicho nos lleva a afirmar que el gobierno de
Maduro no esta tomando ninguna medida real y concreta para enfrentar la
injerencia imperialista. La recolección de firmas es solo un show mediático
para tratar de recomponer su base social, altamente descontenta debido a las
penurias que sufren, producto de la crisis económica que azota al pueblo y a
los trabajadores venezolanos. Al tiempo que sirve de cortina de humo para
distraer la atención de la crisis social y económica, y seguir aplicando el
plan de ajuste contra el pueblo.
La única forma de enfrentar al imperialismo es no
otorgándole dolares a las transnacionales norteamericanas, ni firmando acuerdos
con ellas, ni comprándole aluminio a Alcoa.
Rechazando el acuerdo del gobierno de Guyana con la Exxon
Mobil para la explotación de un bloque de 26.800 kilómetros cuadrados en la
zona reclamada por Venezuela en el Esequibo.
Rescindiendo los leoninos contratos de empresas mixtas en el
sector petrolero, que vulneran nuestra soberanía, para que nuestra industria
sea 100% estatal sin empresas mixtas ni transnacionales; eliminando el tratado
contra la doble tributación con EEUU; no pagando la deuda externa a los bancos
transnacionales, y expulsando a las empresas imperialistas de nuestro
territorio.