Much@s de seguro apartarán tiempo de su agenda personal-religiosa, para ver a través del TVCABLE , DVD alquilado o comprado LA PELICULA “LA PASION” DE Mel Gibson; de seguro llorarán, se arrepintierán, patalearán, gimotearán sin parar…
Y quién no lo hará ante la terrible y brutal crucifixión romana contra Jesucristo?
¡Cuánto sufrió Jesús por nuestros pecados! Sangre, latigazos….
Leamos con atención un diálogo imaginario, posible y necesario entre un APÓSTOL, una MUJER CATÓLICA y un CURITA:
-MUJER LLORA DESCONSOLADA
-APÓSTOL Señora, por favor, ¿por qué está usted llorando?
-MUJER Porque acabo de ver la Pasión...
-APÓSTOL ¿La Pasión de Mel Gibson?
-MUJER Es terrible... ¡cuánto sufrió Jesucristo por nuestros pecados!
-APÓSTOL Sí, es terrible y la película refleja bien la brutalidad de la crucifixión romana.
-MUJER La sangre... los latigazos... Este domingo me voy a confesar.
-APÓSTOL Una fotografía estupenda, una película muy bien realizada... pero muy peligrosa.
-MUJER (GIMOTEA) ¿Cómo dice usted, señor?
-APÓSTOL El truco no lo inventó Mel Gibson. Es un truco antiguo, muy antiguo...
-CURITA (CON VOZ AUTORITARIA) ¡Tú, pecador, arrepiéntete de tus pecados, antes de que ardas en el infierno!... ¡Mira el sufrimiento que le causaste a Jesucristo, míralo!
-APÓSTOL Predicaron un Cristo sangrante, agonizante, para que los pobres se llenen de miedo y de culpa, para que se resignen con su pobreza. Hay una pregunta que Mel Gibson no responde: ¿quien mató a Jesús? ¿Por qué tuvo que morir de esa manera tan horrible?
-MUJER ¡Porque era la voluntad de Dios Padre!
-APÓSTOL Negativo, señora. Si así fuera, Dios no sería un Padre. Sería un carnicero, un torturador de su propio hijo. Ningún padre hace eso.
-CURITA Lo que pasa es que Dios estaba tan irritado con nuestros pecados que mandó a su Hijo para limpiarlos con su sangre.
-APÓSTOL Negativo, señor cura. Si Dios necesitaba tranquilizar su cólera infinita martirizando a su hijo, ése no es un dios sino un sádico, un verdugo.
-MUJER ¡Lo mataron los judíos! ¡Fueron ellos!
-APÓSTOL Negativo, Señora. El pueblo judío, como todos los pueblos, es generoso. Otra cosa es Ariel Sharon que asesina a los palestinos.
-MUJER ¿Y quién lo mató, entonces?
-APÓSTOL Lo mandó a matar Caifás, la máxima autoridad religiosa de su tiempo. Lo mandó a matar Poncio Pilato, gobernador del imperio, como si dijéramos el George Bush de aquel territorio. A Jesús no lo mataron los pobres ni las prostitutas ni los campesinos. Ni usted tampoco, señora.
-MUJER Me quita un peso de encima, amigo mío.
-APÓSTOL A Jesús lo mataron los banqueros de aquel tiempo, los usureros que él sacó a latigazos del Templo.
-APÓSTOL Fueron ellos los que planearon el crimen porque Jesús representaba un peligro para sus intereses. Fue la voluntad de ellos, no la de Dios, la que se cumplió.
-MUJER Pero Dios quería...
-APÓSTOL Lo que Dios quería con Jesús era verlo vivo y predicando la liberación de los pobres, un Reino de amor y justicia.
-APÓSTOL Dicen que Dios se molestó tanto con la crucifixión, se indignó tanto por lo que le hicieron a Jesús... que lo resucitó.
-APOSTOL ¡Está vivo, yo lo vi!
-APÓSTOL En América Latina, ya tenemos bastantes cruces. No necesitamos que Mel Gibson venga a predicarnos nuevamente el miedo y la culpa, sino que nos den la buena noticia de la resurrección.
-MUJER Entonces... ¿no me voy a confesar?
-APÓSTOL Claro que no, señora. Alegre esa cara y vaya a celebrar que Jesús está vivo. Y que quienes luchan contra las injusticias, como hizo Jesús, vivirán para siempre.
BIBLIOGRAFÍA
José María Castillo, La muerte de Jesús, Teología para Comunidades, San Pablo.
ADAPTACIÓN
Colectivos: Radialistas.net, RAJULI 97.1FM, L@s Herejes.