Este año en el cual
se cumplen 40 años desde el Golpe Militar, se hace necesario reflexionar sobre
la importancia histórica que tuvo este hecho para nuestro país y entender así
cómo se ha conformado la sociedad y el país en el cual vivimos ahora.
El levantamiento en los años sesenta del proyecto de la Unidad Popular, fue un reflejo de una
serie de procesos de transformación social y política acumulados en el tiempo.
Se intentó encabezar un proyecto de país más justo, solidario y libre, con la
participación de los ciudadanos en las decisiones que regirían al país, para
construir una vía chilena al socialismo. Pero ese proyecto fue destruido el 11 de Septiembre de 1973. Con el Golpe de Estado no sólo vinieron
años de profunda oscuridad en muchos aspectos de la vida cotidiana sino una
serie de cambios económicos y sociales que transformarían completamente a Chile
y que nos determinan incluso hoy, a 40 años de ocurrido el Golpe Militar.
El sistema Neoliberal en
el que vivimos fue impuesto durante la Dictadura, a sangre y fuego, cuando nada
se consultaba, cuando nadie pudo decidir sobre su previsión, su sistema de
salud o la educación que quería para el país. Los avances que tenía Chile hasta
ese momento (1973) fueron arrebatados por quienes privatizaron, para su
conveniencia, cientos de bienes de todos los chilenos. El debilitamiento del
rol del Estado en áreas estratégicas tenía como fin enriquecer a unos pocos
convirtiendo derechos sociales en negocios.
Nuestro deber es no olvidar que el sistema instalado desde
el Golpe Militar es el
que sigue dictando el tipo de país que tenemos hoy, y es en el Chile del 2013
el momento donde se hace más necesario que nunca continuar la lucha contra este
sistema inserto en nuestras vidas, administrado y profundizado durante la
transición por la Derecha y la
Concertación que nos hereda injusticias y desigualdades sociales.
El consenso del modelo impuesto en dictadura y profundizado
durante más de 20 años de transición, fue cuestionado por la movilización
social del 2011 abriendo un espacio de crítica al consenso de modelo-país que
nos hacían entender hasta entonces. Esto no puede quedar en un espejismo de
luchas esporádicas, ni nostalgias de sueños y luchas de tiempos pasados.
Que la rabia por nuestros muertos y la impotencia por vivir
en un país desigual, sean la fuerza para cambiar el país por un futuro mejor,
uno donde nuestros derechos no sean un negocio, donde nos entendamos en una
sociedad como iguales, donde la solidaridad prime sobre la competencia y entre
todos construyamos una vida mejor.
Recordando las palabras finales del discurso de Allende en
la Moneda: …“les digo que
tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de
miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la
fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con
el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos”… nos
queda el llamado de quien hablara a las futuras generaciones a pensar nuestro
presente y luchar por un futuro mejor.
Durante 40 años,
hemos vivido plagados de injusticias
Durante 40 años,
hemos pagado por nuestra salud, nuestra educación, nuestra vivienda
Durante 40 años,
esperamos la alegría que nunca llegó
Hoy nuestra lucha es
derrotar los miedos del pasado, es por darle un mejor futuro a nuestros hijos,
por recuperar el sueño de nuestros padres
Hoy defendemos
nuestro derecho a vivir.
IZQUIERDA AUTONOMA