domingo, 7 de junio de 2009
Carta de la madre del camarada Yuban a un mes de su siembra
Ejido 28 de mayo de 2009
Carta de una madre
Querido hijo mío.
Desde la parte de arriba de la casa, hijo, aquella que construimos con tanto sacrificio, me he asomado la vereda principal para ver si venias, aún sabiendo que me cansaría esperándote; pero esa era la costumbre que me llenaba el alma de esperanza. Se sentía tus pasos, hijo mío. Y nosotros orgullosos de ti, de tu andar tan ligero en ese IUTE que tanto amaste, en tu empeño por hacer de tu vida un monumento al servicio de tu compañeros estudiantes a quienes siempre recordabas. Y tu padre, contento de saber que habías tomados el camino de la revolución y la tarea difícil de servir con amor, como lo hiciste hasta el final. Pero, no quiero alargarme en halagos porque casi todo el mundo piensa que una madre siempre ve únicamente lo bueno que tienen sus hijos, pero tu eras tan especial, hijo mío.
¿Sabe qué? Me han puesto en un gran aprieto. Me han pedido que diga algo, alguna cosa, delante de todos, en una misa en tu memoria, a escasamente un mes de aquel terrible 28. ¡Tú sabes cuanto me cuenta, Yuban! ¿Sabes? Me senté en la computadora, puse las manos en el teclado, y un nudo de la garganta me paralizo los dedos. ¡Cómo si la garganta tiene algo que ver con los dedos, hijo mío! Pero fue una experiencia única, Yuban. Solo cerré los ojos, tomé la mano de tú padre Yuban y recordé todo, o mejor, recordamos todo, Yubán. Cuando naciste, cuando caminaste, cuando dijiste las primeras cosa, cada centímetro que crecías, cuando nos hacías reír con tus cosa de niño adelantado, tu primer día de clases con tu ojitos perdidos buscándonos, tu grado de sexto, tu secundaria, y luego.… tu IUTE, ese IUTE por el cual luchaste y que tanto amaste. Y tu primer hijo, perdón, el único hijo. Tu amor de padre joven, ese amor impetuoso por tu …… y esa revolución, hijo, que llevaste por dentro. Pero, caramba! ¡Que buena broma, hijo! Es que cuando empiezo, no quiero para de hablar de ti!
Te decía que me han pedido decir algo, ¿Y sabes qué? Quiero pedir a todos, especialmente a los medios de comunicación, a Cambio de Siglo y a un Sr, Villet, que te dejn tranquilo, hijo. Que no mancillen tu memoria. Que no manipulen las investigaciones. Que me dejen. Perdón, que nos dejen a todos recordarte como efectivamente fuiste. Un joven bueno amable, luchador, justo, e impetuoso. Así fuiste desde pequeñito. Y voy a pedir, hijo mío, que las investigaciones sigan su curso normal para que arrojen decisiones justa y aparezca quien te alojo esa cosa en tu cabeza. ¿Te parece? Y voy a pedir que sigan estudiando y amando a esta querida institución que pronto será Universidad Experimental, esa Universidad que veras desde donde estés. Voy a pedir, hijo mío, que dejen involucrar al Presidente Chávez en tu partida; el no es culpable; él nos ha ayudado muchos; él ha estado pendiente de que tu “cambio de paisaje” se resuelva. Pedir Bueno, hijo, adiós. Me hacen señas. La misa va a continuar.
PD. Tu padre me dijo que te recordara que te quiere mucho y que extraña mucho la forma como tú eras, o eres. Y que está sorprendido de ver cuánto la gente te quiere y te respeta, excepto por unos poquitos, pero no por ti, sino por tu política. Que te diga que quizá no tuvo la valentía de decirte cuanto te amaba (Tu sabes, por eso de ser hombre) y ahora…..
Tu madre