Editorial: Dime a quién nombras y te diré quien carajo eres.
La Guarura, sistema de la palabra libre y militante.
Para dónde va el destino de la demarcación de las tierras de
los pueblos indígenas si Nicia Maldonado es la nueva jefa de la Misión
Guaicaipuro. Nuestras esperanzas están reducidas junto a las de los pueblos. No
es creíble la voluntad de un gobierno que no rectifica ni admite en nada.
Claro, Nicia Maldonado no es en absoluto la culpable de
todos los desafueros, violaciones de la Ley crímenes e inconsecuencias
que se han cometido desde el estado Gobierno contra las comunidades que luchan
y han levantado la bandera de la autodemarcación de sus territorios. Nicia, por
años Ministra de un ministerio cuya única verdad es una nómina de funcionarios
que casi se iguala a la lista de dirigentes y voceros indígenas quebrados por
las prevendas clientelares, sólo es una operadora de intereses menos evidentes
que los de una oportunista que ha hecho desesperados esfuerzos por vestir el
difráz que la acredite aceptablemente cómo vocera de los pueblos originarios en
un país donde hemos optado hace rato por mostrar no la realidad, sino una
vitrina de la realidad y una de las vitrinas de esa realidad virtual de los
derechos de los pueblos indígenas, reducida a un discurso mediático,
representada por voceros seleccionados entre los más vendidos en una
minuciosa operación de desmantelamiento de la resistencia de nuestros pueblos.
Nicia, la que se fue a reir con Aloa Nuñez, del dolor de los
familiares de Sabino Romero Izarra, no es una tonta incapaz cómo han querido
pensar algunos esperanzados en la rectificación, es una operadora de un plan,
de un modelo de gestión que no reconoce a los actores sociales legítimos y
trabaja para sustituirlos por un liderazgo paralelo creado en los medios de
comunicación. Para cada lucha el gobierno tiene una vitrina de bajo presupuesto
en la que invita a entrar a el que se deje. Sabino Romero no se dejó nunca
meter en la vitrina de las vocerías de mantas compradas en las tiendas de
árabes del centro de Caracas.
Faltan menos de cuarenta días que se cumplirán, cómo fue
previsto por Elias Jaua Milano, después de las elecciones. El Gobienro se comprometió
a pagar de diez a doce haciendas para esa fecha cómo ordena la ley bolivariana
y se comprometió a presentar, un cronograma de pagos de la totalidad de las
fincas en le territorio del pueblo yukpa, los demás temas, como el de la
justicia por la masacre contra el pueblo yukpa en lucha fueron difusos y
escurridos, Un dobe discurso se destacó en el compormiso de esa reunión: “no
hablen de pago de bienechurías a los hacendados, que ellos deberían pagarles a
ustedes por la usurpación de sus tierras”. La pregunta es entonces: ¿por
qué el gobierno legalizó el fraude catastral que funcionarios y latifundistas
montaron en 200 años de despojos sangrientos contra los pueblos yukpa y barí y
contra todos los pueblos originarios al admitir en una ley aprobada en el
período en que la Asamblea Nacional era toda roja, el derecho a
indemnización de los terceros (latifundistas) en tierras indígenas. No fueron
los pueblos los que hicieron esa propuesta. Sin embargo exijimos que se cumpla
la Ley, no podemos soñar con una recuperación de tierras acompañada por una
fuerza armada racista que sigue actuando de parte de los ganaderos, de la
minería y de las mafias criminales en Perijá.
Nosotros esperaremos a que la conciencia de los pueblos y de
la gente de lucha de este país se sincronice en esta vigilia ante los compromisos
del poder. Por estar despiertos y esperando es que podemos señalar.
Sabino marca el camino de las comunidades.