POSIBLES ESCENARIOS POLÍTICOS (PROSPECTIVA)
Por: Roberto López
1) La salida de Chávez del poder
parece ser un hecho en el corto plazo (unos meses hasta un año), ya sea por
su fallecimiento o porque su estado de salud le impida volver a gobernar. Si
acaso regresará y se juramentará el 10 de enero o en fechas posteriores, lo
precario de su salud lo mantendrá casi permanentemente en Cuba y realmente la
conducción del país va a recaer en otra u otras personas.
2) Lo anterior implica que se
abre un período de profundos cambios en el liderazgo político de la revolución
bolivariana. Dicho período puede durar varios meses e incluso varios años.
3) Las recientes y contundentes
derrotas electorales sufrida por la oposición en octubre y diciembre pasados
colocan el centro de la disputa política post-Chávez dentro del propio chavismo.
Por los menos por varios meses y tal vez uno o dos años. La derecha no tiene
actualmente condiciones políticas como para actuar ofensivamente tratando de recuperar
espacios de poder dentro del país. Pero obviamente esa debilidad puede
modificarse en la medida en que pase el tiempo.
4) Podemos inferir que el
actual liderazgo chavista encabezado por Maduro y Cabello va a deteriorarse a
medida que pase en tiempo. Las causas: ninguno de ellos posee las
cualidades de líder que tiene Chávez y por tanto ninguno está en condiciones de
generar el consenso que existía cuando Chávez estaba al frente del gobierno. El
deterioro del consenso implicará un deterioro de la gobernabilidad sobre las
instituciones nacionales, regionales y locales. De manera general, se puede
decir que la revolución bolivariana no tiene garantizada su continuidad en el
largo plazo con el actual liderazgo que ha constituido el entorno inmediato de
Chávez durante estos 14 años. Asistiremos a una crisis continuada de
gobernabilidad en la cual se van a producir constantes reacomodos cuyos
protagonistas y tendencias no se pueden predecir con exactitud.
5) Ocurrirán varios procesos
simultáneos:
a) Una lucha interna por un nuevo
reparto del poder dentro del chavismo (reparto del control sobre las
instituciones del Estado y sobre el control efectivo del presupuesto nacional).
Aunque formalmente se logren acuerdos unitarios para repartirse la torta
burocrática, en los hechos se comenzarán a producir fuertes choques pues el
país no es una suma de partes sino un todo orgánico. Esos choques inicialmente
serán soterrados pero progresivamente se harán de forma más pública. Incluso
pueden propiciar escenarios de violencia, tales como atentados contra
determinados dirigentes de las distintas fracciones del chavismo.
b) Un deterioro de ese liderazgo
ante el pueblo venezolano que respalda al proceso. Esto puede ocurrir por
la incapacidad del gobierno para solventar aspectos críticos provenientes de
las reivindicaciones populares. Por ejemplo, los conflictos laborales y por
contrataciones colectivas de sectores significativos del Estado (magisterio,
universitarios, industrias de Guayana, etc.). Ya no estará la figura de Chávez
para apaciguar los ánimos con la cantaleta de “el presidente no lo sabe” o “no
cumplen con las orientaciones del presidente”. Los yerros de la burocracia no
van a ser perdonados por el pueblo como había venido ocurriendo cuando Chávez estaba
firme en su liderazgo nacional.
c) Una amplia conspiración del
imperio por penetrar a los distintos liderazgos civiles y militares del
chavismo para irrumpir desde allí propiciando la caída del proceso
revolucionario. Esto se podría complementar con escenarios futuros en los
cuales coincidan fuerzas chavistas y fuerzas opositoras para lograr el objetivo
de acabar con la revolución. Pero en este momento esos escenarios todavía no
son posibles (afortunadamente), pero pudieran crearse en el corto plazo.
d) En la lucha interna dentro del
chavismo tratará de influir todo el tiempo el imperialismo y sus aliados
internos. Es probable que el imperio intente por su cuenta realizar diferentes
acciones, incluso violentas, que puedan achacarse a la pugna interchavista, con
el objetivo de echar más leña al fuego y propiciar el fortalecimiento de las
tendencias internas que estén más propensas a pactar con el imperialismo.
6) Las fuerzas imperiales buscarán
el momento propicio para acabar con la revolución bolivariana. En sus
iniciativas no descartarán propiciar escenarios tipo Libia o tipo Siria, es
decir, propiciar una guerra civil que derroque al gobierno bolivariano y
restablezca el dominio imperial sobre Venezuela.
En conclusión, el alejamiento de Chávez del poder abrirá
un escenario de incertidumbre y crisis política en Venezuela, que amenaza
seriamente la continuidad del proceso revolucionario y abre las puertas para
que la burguesía internacional y sus aliados internos intenten retomar el poder
político.
Ante esta realidad, se hace imprescindible que los
revolucionarios intenten fortalecer sus espacios de organización y de acción
común, en base a un debate amplio y democrático sobre el programa político a
enarbolar por las organizaciones populares.
La garantía de continuidad del proceso revolucionario
dependerá del surgimiento de nuevas formas de liderazgo popular colectivo que
nazca al calor de la difícil confrontación política que será la característica
de los meses y años venideros.
De no producirse el fortalecimiento de dicho liderazgo
revolucionario alternativo, es probable que terminen predominando las
tendencias reformistas que dentro de la burocracia chavista empujan a un
acuerdo general con la burguesía criolla y el imperialismo yanqui como fórmula
para “salvar y mantener” el proceso bolivariano.
De imponerse esta última tendencia, se produciría
progresivamente la retoma del poder por el imperialismo, y los líderes
reformistas y conciliadores provenientes del chavismo serían progresivamente
desplazados por más confiables líderes de la burguesía tradicional. Ese proceso
pudiera llevar varios años, incluso todo el período presidencial actual
(2013-2019).
La manera de evitar lo anterior será siempre la fuerza de la
movilización popular guiada por un programa verdaderamente revolucionario. Esto
no podrá depender de pequeñas y minúsculas agrupaciones o tendencias que
existan dentro o fuera del PSUV. Dependerá de una gran confluencia de
militantes revolucionarios (incluyendo militares) y organizaciones sociales que
enfrenten la conspiración imperialista y la conciliación reformista.
En esta última estrategia, que consideramos la única
alternativa que existe para salvar la revolución, habrá que ensayar todas las
modalidades para ejercer la democracia y lograr el mayor consenso posible que
permita una relativa unidad de acción en todo el país.
Maracaibo, 2 de enero de 2013.
Maracaibo, 2 de enero de 2013.