LOS DOGMAS NOS ROBARON A LOS SERES HUMANOS LA CAPACIDAD DE
SER LOS CONSTRUCTORES DE NUESTROS PROPIOS DESTINOS
Nos pasamos la vida tratando de buscar soluciones mágicas para cambiar lo que
no nos gusta de nuestro propia vida. aún cuando somos los protagonistas de
nuestro destino, escurrimos la responsabilidad de dirigir el curso de nuestra
vida pues creemos no tener el control de las situaciones. Como si el
timón del gran barco no existiera, la nave simplemente va a la deriva
tropezando con todo, golpeándose, inundándose de situaciones que la hacen
naufragar. Pero nosotros llegamos a pensar que la tragedia es la condición
natural de la vida y por lo tanto o no nos percatamos de la gravedad del asunto
o aprendemos a sobrellevar de tal modo el desastre que nos acostumbramos a
sufiri buscando la compasión de los amigos, familiares y de nosotros mismos
como si tal cosa es lo que nos toca. es que hemos heredado la tragedia de
nuestros padres y como no pescar lo que ellos tan bien nos enseñaron que a su
vez se lo enseñaron sus padres y así sucesivamente. tal vez si algún día
comprendamos que en Dios se han colgado ya muchos para evadir la
responsabilidad que les corresponde asumir. Afirmaciones como: Dios así
lo quiso, Dios escribe derecho en líneas torcidas, aprender a través del dolor
me va a enseñar mejor la lección, ese era mi destino, entre otras, son frases a
las que recurrimos creyendo realmente en ellas. cuando los discípulos le
preguntaron a Jesús de Nazaret cómo podía realizar los milagros , éste
sabiamente les contestó que ellos también podrían hacerlo, sólo tenían que
creerlo. Los dogmas nos robaron a los seres humanos la capacidad de ser
los constructores de nuestros propios destinos ya que si había un gran ser que
hiciera el trabajo por nosotros, lo menos que teníamos que hacer era ajustarnos
a sus leyes, leyes que hicieron quienes controlaban y dirigían estos dogmas y
por lo tanto el saldo serían miles de cerebros manejados a su antojo. Al
amputarnos éstas doctrinas el poder creador que poseemos todos los seres
humanos, aquel que intentó enseñarnos Jesus de Nazareth y por lo cual lo
crucificaron, nos convirtieron en seres temerosos e inseguros pues es
OTRO el único que realmente tiene la razón y por lo tanto en seres manipulables
e irresponsables de la magnitud y trascendencia de sus acciones.