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A no ser por el empleo de las redes sociales, muchos de
nosotros podríamos creer que en Argentina existe un gobierno de los que los
analistas políticos han dado en llamar “progresistas”, que la Presidenta
Cristina Fernández con todo y su amistad fraterna con nuestro fallecido
Presidente Chávez, su lenguaje poético para hacer crónica de su velatorio y su
regalo de bendiciones representado en una virgencita de Luján, mantiene en su
país un gobierno humanista, de diálogo permanente y participación popular. Nada
más lejano a ese ilusorio mediático con que nos han querido estafar.
Nuestros hermanos argentinos pertenecientes a las clases
desposeídas, y en especial, el significativo número de pueblos originarios que
a pesar del despojo y la masacre perpetuada sobre ellos, aún riegan sus raíces
culturales y se niegan a morir, viven en total desamparo y bajo la represión de
un Estado que en lugar de protegerlos se hace cómplice de la barbarie.
En la Provincia de Formosa, Comunidad Wichi “Suell Yis” de
Teniente Fraga (cercana en 35 Km a Ingeniero Juárez) viven alrededor de 20
familias distribuidas en sólo cuatro casas que no cuentan con luz eléctrica, ni
agua, ni centro de salud. Durante un lapso de tres meses la Comunidad ha estado
cortando la ruta nacional 81, intentando así ser escuchados por un gobierno provincial
que los amenaza y los persigue, cuando no los mata.
Nuestros hermanos de medios alternativos nos envían
información sobre esta situación. Refieren que existe en la provincia un
gobierno asesino liderado por GILDO INSFRAN, y amparado por la misma Presidenta
de la nación.
A través de nuestros informantes, aliados en las luchas de
estos pueblos, nos enteramos que la respuesta al clamor popular es la
represión. Este funcionario provincial envió una importante cantidad de
policías el día 19 de febrero para desalojar el corte. Agustín Santillán
(maestro bilingüe) y Albina Espeche (empleada de una escuela con 21 años de
antigüedad) representantes de la Comunidad Wichí de Ingeniero Juárez, fueron
dados de baja en su cargos a raíz de que participaron en el corte, y no
recibieron su sueldo durante varios meses; así como otros integrantes de
distintas Comunidades sufren la misma situación de persecución y amenazas
permanentes para no comunicar la realidad de los Pueblos Originarios en la
provincia de Formosa… ¡EL RECLAMO DE LAS COMUNIDADES SE BASA EN DERECHOS
CONSTITUCIONALES QUE SON VIOLADOS SISTEMÁTICAMENTE POR EL ESTADO; EL ESTADO
ARGENTINO ESTÁ ASESINANDO A SU PUEBLO!
El último crimen de los tantos que refieren nuestros
hermanos, ocurrió el sábado 22 de junio. Fue asesinado Víctor Segundo, nieto
del cacique Bonifacio González de la comunidad campo bandera y tío de Agustín
Santillán, referente wichí de Ingenio Juárez. Los amigos de Víctor Segundo
señalan al respecto: “…como siempre, a los criollos no les gusta que ningún
aborigen se siente en su vereda… A Víctor Segundo lo dejaron desfigurado…
habían amenazado con sacarle los ojos” Agonizó durante casi tres días, al cabo
de los cuales entregaron su cuerpo sin órganos a los familiares. Amén del
abandono, la represión y el crimen, los compañeros señalan la práctica del
tráfico de órganos como una actividad muy difundida en la provincia, y que
tiene como principales víctimas, por supuesto, a los pobres y desheredados
pueblos originarios.
Nos cuentan además que hace poco en ese mismo sector de
Ingeniero Suárez en donde el intendente es un funcionario de nombre Cristino
Mendoza, violaron y mataron a una hermana wichí, pero sus familiares fueron
amenazados para que no realizaran denuncias. Al parecer, hasta los médicos del
servicio de salud pública están involucrados en la medida en que guardan
silencio frente a estos desmanes.
Las autoridades mientras tanto han encontrado un chivo
expiatorio para el asesinato de Víctor Segundo, a pesar de que existen testigos
en la comunidad de quién fue el autor material del hecho. Señalan a otro
humilde compañero wichí de nombre González Herrera, quien trabaja para el
negocio del criollo que la comunidad señala como el verdadero autor del crimen.
Desde Venezuela, este pueblo bolivariano que también resiste
y lucha aliado a nuestros pueblos originarios −sometidos también a las
perversidades propias de los Estados decididos a formar parte de planes
desarrollistas que niegan la existencia de nuestras etnias− levantamos nuestras
banderas de solidaridad y lucha con estas y todas las comunidades de pueblos
originarios del sur que aún resisten en los escasos territorios que se les han
permitido habitar. Los instamos a elevar sus denuncias a instancias
internacionales, así como nos hacemos eco de todas sus reclamos y solicitudes
de apoyo, con la finalidad de que el resto de la población reaccione e impida
con sus movilizaciones y exigencias ciudadanas, un cese al abandono, la
represión y la criminalización de la pobreza de sus pueblos.
Y a quienes no pueden ser indiferentes a tanta iniquidad, a
esos comunicadores populares que comparten las luchas del pueblo wichí y que
emplean las redes para informar lo que pasa en sus territorios: todo nuestro
reconocimiento y respeto. Ya nuestro José Martí lo dijo hace más de una década:
“No hay proa que taje una nube de ideas. Una idea enérgica, flameada a tiempo
ante el mundo, para, como la bandera mística del juicio final, a un escuadrón
de acorazados. Los pueblos que no se conocen han de darse prisa para conocerse,
como quienes van a pelear juntos…”
Y la idea nuestramericana, esa que se nutre de la savia de
nuestros pueblos originarios, es la bandera que unirá nuestras luchas y
nos llevará más temprano que tarde a construir sociedades justas y en búsqueda
de mayor armonía con la naturaleza. Si no lo hacemos, la Tierra misma nos lo
impondrá inexorablemente.