viernes, 24 de octubre de 2008
Estar más informados, ser más libres
En un mundo globalizado como el nuestro, los medios de comunicación juegan un papel fundamental en la determinación de nuestra visión sobre el mundo. Es precisamente a través de ellos que generamos un mapa mental de todos los acontecimientos que nos rodean, para más tarde emitir un juicio de opinión sobre ellos.
Nuestra libertad de pensamiento depende directamente de disponer o no de toda la información necesaria para más tarde poder posicionarnos ante dichos sucesos. Si una determinada información es omitida o manipulada dejamos de pensar libremente, puesto que desconocemos una parte de lo acontecido y nuestra opinión se encuentra condicionada.
A menudo se afirma que ninguna noticia es neutra, que siempre está redactada desde un punto de vista determinado, por la cual cosa siempre es subjetiva. Eso no es del todo cierto. Si bien en cualquier cuerpo de noticia podemos encontrar puntos subjetivos, cualquier suceso conlleva consigo unos hechos objetivos que no están sujetos a la re-interpretación ni pueden ser relativizados. En definitiva, siempre existe una verdad, solo debemos desenmascararla.
La manipulación informativa trabaja ocultando o tergiversando estos hechos objetivos del suceso y añadiendo subjetividad al cuerpo de la noticia para más tarde sacar conclusiones partidistas y sesgadas.
¿Cómo combatir la manipulación?
Por regla general, el ciudadano no ha sido formado para adoptar una mirada crítica sobre los medios de comunicación. Por ello, el primer paso para luchar contra la manipulación es el contraste de información entre distintos medios. Esto nos permitirá conocer los hechos objetivos para ir en busca de la verdad.
En este proceso de contraste y búsqueda de la verdad, y como segundo paso, nos veremos obligados a descartar determinados medios que no cumplen los requisitos mínimos de ética comunicacional y veracidad informativa. Este tipo de medios, más allá de actuar como un servicio para el ciudadano, se dedican a mercantilizar la información, haciendo un negocio de ella y adoptando una peligrosa deriva hacia el sensacionalismo y el amarillismo. Estos serán actores mediáticos de los que prescindiremos para hallar la verdad, debido a su propia naturaleza, que prima el beneficio económico en detrimento del buen periodismo.
Si llevamos a cabo este proceso activo y crítico seremos menos vulnerables a los vaivenes de la desinformación y la manipulación de los medios de comunicación. Podremos extraer nuestras propias conclusiones sobre los sucesos. En definitiva, estaremos más y mejor informados y por lo tanto nuestro pensamiento será más libre.
AutoR: Oriol Sabata
TomaDO d: http://colectivolcs.blogspot.com/