FREDDY ARAQUE
Tío
Obama no ciertamente está de plácemes cuando el parlamento británico, dejándole
con los crespos hechos, acaba de desaprobar la acción militar en Siria…; todo
esto merced a la asombrosa avalancha —casi hasta perder la capacidad de asombro—
de manipulación mediática en la
hegemónica guerra de cuarta generación y más…, consumado ritornello de
clasificación de tiranías y dictadores de regímenes asesinos donde
geopolíticamente por fatal historicismo la presencia y comercialización de
recursos energéticos o petroleros son soberanía de tales países y gobiernos:
Milosevich, Hussein, los veletas talibanes, Gadafy, Chávez a su momento y por
ahora, “último” de la lista, Bashar al Assad, condenado por toda la canalla
mediática calumniándole de haber bombardeado con armas químicas a la población
civil de su milenario país.
En
esta aldea global qué persona, medianamente razonable, ignora el eslogan
goebeliano del III reich , “una mentira repetida mil veces se convierte en una
verdad”, que fue plagiado eficazmente por el imperio yanqui —adictos del copy
right— sin reconocer ningún derecho de autor, y que recrudeció su auge después
de 1945 a partir de la puesta en escena de la Guerra Fría y el American way of
life, comunistas come niños, bondades inducidas del consumismo a través de spots
publicitarios y la amañada producción de contenidos para la prensa escrita junto
a la venenosa programación en radio y televisión, además de las inéditas posibilidades
de la telefonía celular y las redes sociales en la era digital a través de la
Web.
Al
levantarse el tío Obama hoy en su cabaña todo era confusión; mientras rezaba arrodillado
un padrenuestro, de reojo y con gran alarma observó que su pergamino de premio
nobel otorgado por la academia Sueca, comenzaba a ser atacado por las polillas
del Eclesiastés; abruptamente en uno de sus teléfonos satelitales resonó una llamada
del presidente de la cámara de representantes y sin responder, haciéndose el
sueco entre el Salât o el Nam-myoho-renge-kyo, optó por recitar una oración a Changó
en dirección a la Meca; nuevamente el celu satelital comenzó a ladillar, y al
atender, oyó la inconfundible voz de Ban ki-moon, quien desde Viena,
salomónicamente esgrimía argumentos al Tío Obama a quien a veces, por problemas
de presbicia, confundía con el Tío Sam.
—¡Sí! Se utilizaron armas químicas en
Damasco el 21 de agosto, no tiene pele el informe de los inspectores… aunque hayan
dejado el pelero; no hay duda que una mano peluda realizó tal ataque, sólo que olvidaron,
irresponsablemente, colocar el nombre y marca de la empresa (tal libertad de la
susodicha comienza a ser sospechosa), usted tomará cartas en el asunto y su
firme decisión; en cuanto al Consejo de Seguridad… nunca hemos tenido velas en
esos entierros —antes de concluir se despidió— ¡Ave César!”
“¡Amén! —replicó emocionado el tío Obama dudoso de
verse ungido con una corona de espinas, ya que más bien, superado el largo
calvario de la esclavitud, prefería imaginarse con una de laureles —. Lo
entiendo Mr. Ban ki..., la paz del mundo
es asunto muy delicado para dejarla solamente en manos de superhéroes,
pacifistas de oficio o lacayos de ONGs que se forran con verdes lavados por la USAID Y la NED; lo de la mano peluda es muy
cierto, son los desadaptados que por todas partes se oponen a nuestra misión
redentora e impiden que la justicia, la libertad y la democracia imperen en
todo el orbe como en Siria en tiempos de la pax romana, mientras yo esté vivo,
esto no se le puede hacer a un premio nobel de la paz.
fredy.araque@gmail.com