Maria Peña
El pasado 19 de agosto el Buró Político del Partido Comunista de Venezuela
(PCV), encabezado por Oscar Figuera, realizó una rueda de prensa para sentar
posición sobre el evento electoral de diciembre próximo. En sintonía con el
resto de los partidos, el PCV tiene sus principales preocupaciones no en la
inseguridad, la inflación o los diferentes problemas que sufre la sociedad
venezolana, sino en la cantidad de cargos posibles que su organización política
alcanzará por los comicios y su inclusión en las alianzas electorales
polarizadas. Desde hace bastante tiempo la línea política del PCV es hacer
todas las concesiones posibles en aras de mantener algunas prebendas de la
gerencia estatal, ya esto no sorprende. Lo que sí puede confundir es el intento
de disimular el oportunismo más rapaz con declaraciones altisonantes de moral y
luces revolucionarias. Al respecto de algunas candidaturas impuestas por la
cúpula del PSUV, y que colidan con fichas regionales del gallo rojo, afirmaron:
"Son casos realmente muy serios y, no tienen que ver con apetencias de
quítate tú para ponerme yo, sino que tienen que ver con conductas reñidas con
la ética y la moral ciudadana, reñida con los principios del compromiso
revolucionario. Y el pueblo venezolano sabe que el Partido Comunista de
Venezuela, sobre ese aspecto, no hace concesiones”, señaló Figuera en la rueda
de prensa.
El PCV nos quiere hacer creer que todas sus actuaciones y alianzas electorales
tienen que ver con un "código revolucionario". El PCV cree que no
tenemos memoria. En las elecciones en donde fue seleccionado diputado el propio
Oscar Figuera fue compañero de circuíto, por el estado Guárico, de Lídice
Altuve y Roger Cordero Lara, quedando los 3 electos por la votación. Hace
apenas tres años que el mandamás del PCV hizo propaganda codo a codo, nada más
y nada menos, que con uno de los autores materiales confesos de la Masacre de
Cantaura, donde el Estado venezolano un 4 de octubre de 1982 asesinó a 23
integrantes del Frente Guerrillero "Américo Silva". Roger Cordero fue
uno de los pilotos del Ejército venezolano que arrojó las bombas sobre los
muchachos, evento en el cual nunca ha negado su participación, justificandola
bajo la doctrina de la "obediencia debida", la cual ha sido repetida
por otros oportunistas como Elías Jaua. La amnesia selectiva del PCV quiere
hacernos creer que ese apoyo a Cordero Lara no estaba "reñido con los
principios del compromiso revolucionario". Estos son los actos concretos
que reiteran que la cúpula del PCV se encuentra tan corrompida como la del
resto de los partidos políticos.
Por no hablar del apoyo electoral que el PCV le dio a Rafael Caldera, algo que
cuando las tímidas posiciones del PCV generaban ruido en el alto gobierno, eran
recordadas públicamente por el propio Hugo Chávez.
Fuente: El Libertario