Sociedad Homo et Natura
Cuenta Zenaida Romero Martínez de 22 años de edad, al salir del hospital
Chiquinquirá de Maracaibo luego por permanecer 9 días su hijo hospitalizado por
neumonía, vómito y desnutrición:
Hay varios niños de las comunidades Yukpa de la Sierra de Perijá que se han
muerto o enfermado en los últimos meses. En los últimos dos años, dos de los
hijos de mi hermano mayor murieron de vómito y diarrea. Dos niños de la
comunidad de Wasama, la más alejadas entre las montañas, murieron en el
Hospital de Machiques, cuando yo estaba allí herida porque me dispararon los
hacendados. Se han muerto varios niños de vómito, diarrea, gripe y tuberculosis.
Este año, murieron dos niños de la comunidad Kampa, más debajo de Wasama, y un
niño de la comunidad Río Yaza, ubicada en la parte baja.
Un hijo menor de mi hermana Guillermina hace menos de dos meses salió de
este mismo hospital cuando fue trasladado por una mordedura de serpiente porque
en el hospital de Machiques no había suero, allí nunca ha habido suero
antiofídico, fue en el hospital de La Villa donde se lo pusieron.
Mientras mi hijo estuvo hospitalizado, se encontraba también una mujer
Yukpa que vive en Maracaibo con su hija de tres años que sufría desnutrición,
otro niño de la comunidad Peraya y otro de Shaparu cerca del Tukuko. Por la
Sierra entre las cuencas de los ríos Yaza y Tukuko, sólo existen dos
ambulatorios, uno en el Tokuko y otro en Kasmera. Estos ambulatorios no cuentan
con atención suficiente ni con medicamentos. En el Hospital de Machiques las
enfermeras no nos atienden bien y muchos Yukpa no confiamos en que allí nos
podemos curar. Nos discriminan, nos miran mal, no nos atienden.
En estos días nosotras que nos agrupamos en una asociación de mujeres Yukpa
defensora de nuestros derechos estuvimos planteando lo de nuestra medicina
tradicional. Pensamos que los médicos también se equivocan y a veces no saben
de las enfermedades que se les pegan a los humanos de la Sierra. Nosotros los
Yukpa en nuestra tradición hemos podido curar enfermedades graves. Hay ancianos
que tienen remedios para lo que los watía llaman tumor. También existe una
enfermedad que le decimos pico, hueco, que va comiendo el cuerpo. Los ancianos
con mucho cuidado curan esto. También existen remedios para la inflamación de
los órganos sexuales. Dicen los ancianos que hay remedios también para la
culebra. Pero ese remedio es muy escaso en la parte baja de la Sierra. Hay
medicinas para las mujeres que no pueden tener niños. Este remedio me lo enseñó
mi abuelo José Manuel, cuando yo tenía 10 años. Él fue asesinado por los
ganaderos del río Yaza cuando ocupamos la hacienda Tizina. El Fiscal 40 Víctor
Raúl Valbuena engavetó el caso, hoy exigimos justicia, al igual para los seis
hermanos Yukpa asesinados por el problema de la tierra y su demarcación por
hacendados y parceleros el año pasado. Aún solicitado al Gobierno, a
Vicepresidente Nicolás Maduro el pago de las haciendas para nuestro pueblo y
para los Barí.
Los ancianos dicen que se puede aprender. Pero no es fácil. Se tiene que
caminar entre las montañas y tener tiempo para aprender. Los ancianos están
dispuestos a enseñar. Pero los más jóvenes no quieren enseñar. Están viendo que
la medicina occidental es muy cara. Y ahora si uno habla con un médico Yukpa
también te puede cobrar. Por algunas enfermedades cobran hasta 10 mil. Hay
muchos que son egoístas para enseñar a otros.
Mi abuelo José Manuel sabía bastantes medicinas para diferentes
enfermedades. Nos decía que aprendiéramos para que no le estuviéramos pidiendo
medicina a otra gente. Cuando yo era chiquita le decía a mi abuelo que yo sí
quería aprender medicinas que pueden curar. Mi otro abuelo, el papá de Lucía,
mi mamá, sabe también mucho.
Nosotras como mujeres organizadas tenemos que informarnos bien de la
situación de la salud en nuestras comunidades. Tenemos que saber cuántos niños
y miembros de nuestras comunidades mueren o se enferman y la causa de las
enfermedades. Tenemos que saber también con qué contamos allá porque muchas
veces no hay remedios ni para las picaduras de culebra. También sentimos la
discriminación de los Yukpa en hospitales como el que hay en Machiques, allí no
van los ganaderos, ni sus familiares, por eso no hay suero. Por eso tenemos que
viajar a veces a las otras ciudades, porque no confiamos que allí nos podemos
curar. Por nuestra situación de pobreza y división tampoco contamos como antes
con nuestra medicina. También hay enfermedades nuevas que no sabemos cómo
curar.
No existen médicos que trabajen con ambas medicinas, con nuestra medicina
tradicional y con la medicina occidental. Tampoco hay investigaciones y no
sabemos hasta qué punto nuestras tierras y aguas se encuentran contaminadas.
Parece que en la parte baja de la Sierra el agua ya está bastante contaminada.
Tampoco contamos con transporte en casos de gravedad o emergencia. Como ahora
somos pobres, los Yukpa no nos estamos alimentando bien, hay muy pocos
alimentos, muy pocos recursos y cada vez lo vemos peor. Los créditos solo son
entregados a los llamados caciques mayores, a los Yukpa funcionarios del
Gobierno, a sus familiares, a las familias amigas, o a los que se ponen muy
bravo y le hacen presión todos los días. Por esta razón en el Tukuko la próxima
semana se hará elecciones porque se destituyó al cacique mayor del centro
piloto Tukuko, el más grande de toda la Sierra. Los políticos nos están
dividiendo.