Por Yuri Valecillo
Desde el Código Hammurabi conocemos algunas normas
contra la corrupción, también el viejo y nuevo testamento, y si continuamos,
veremos decretos, leyes, proclamas.
Y la corrupción sigue allí cuando la lógica personal invade
las necesidades del colectivo, cuando el yo puede más que el ustedes… ¡y claro!
a veces el ustedes, la competencia por decir tengo más o deseo lo que tú te
ganaste, buscar ejemplos en Europa seria simplemente dramático; la propia
revolución industrial financiada por el oro y la plata de sus colonias de
áfrica, Asia y América.
Lo cierto es que algunas cosas son necesarias y el
seguimiento de las leyes, las declaraciones juradas de patrimonio, leyes de
transparencia y la lucha contra la opacidad gubernamental, perseguir a los que
se enriquecen a partir de los recursos públicos es necesario y confrontarlos y
conocer sus bienes de manera absoluta al entrar y salir de cargos en la
administración de los bienes que manejo.
Pero si nos quedamos en ese pedazo de la realidad nacional
la cosa se puso grave y es que va más allá la corrupción va desde Kilos de
arroz que son de 900 gramos y contrabando de gasolina o la prisión a algún
compañero sin fórmula de juicio sin olvidar reparaciones a algún Teatro de la
Opera o la ofensa a gritos a la diversidad sexual en pleno siglo XXI.
Habilitante o no, no imagino que la nación pueda asumir que
la suerte de un combate se decide con una “ley suprema” en gran parte hace
falta poner los resortes civiles, judiciales y los instrumentos con los que
cuenta la nación para combatir el flagelo. La corrupción va atada a la realidad
que vivimos los dólares que llueven como regadera, el acoso laboral, las falsas
expectativas, la demagogia y la defensa de hechos, actos y obras a sabiendas
que son un desastre.
La lucha contra el olvido, el no tener un solo PEZ
GORDO del caso PDVAL y el caso extraño de Lácteos Los Andes donde
los trabajadores denuncian casos verdaderamente espantosos de corrupción e
ineficacia gerencial o administrativa y donde a diferencia del caso ACEITES
DIANA al Misterio perdón Ministro Osorio no se le ve ni el polvo y el o la que
declare puede ser sancionado o sancionada veamos http://www.aporrea.org/endogeno/n235033.html
Los combates son más allá que la exigencia o la declaración
de que la derecha roba y la izquierda es impoluta, químicamente pura, maravillosa
la confrontación política va más allá de eso no es lo que se administra también
es como se administra y para que, la lucha por la comuna que más de una vez es
detenida por sectores con los que se pueden compartir ideas pero no prácticas,
el miedo a perder el cargo o la plaza laboral. La ofensa pública, privada o
secreta a trabajadores y trabajadoras por desencuentros con el patrón.
Para los combates se requieren ejemplos y demostrar que el
cumplimiento de las normas es necesario y además posible. No imagino estos
combates de otra manera u otra forma, el actuar como un ser de izquierda no es
solo el seguimiento de las leyes, siempre va un poco más allá en lo fraterno,
en lo solidario, lo sincero, lo transparente.
De las cosas perversas de las revoluciones están las
practicas stalinistas del temor al jefe y el miedo al comentario público. Lo
que viene es duro y la lucha que viene se trata en primer caso de darle respeto
al ser humano por el hecho de serlo, por su ética y su humildad y no por el
cargo detentado.
Bien no lo sigo en una lucha que aún no le veo comienzo
Presidente Maduro y cuando comience, le acompañaremos pero para dar una
apertura ¿por qué no acabamos con un caso de Corrupción jurídica, informativa,
legal EL CASO JULIAN CONRADO debería dar apertura a una lucha
y sería un maravilloso que comenzara por sus propias fallas? No es un juicio es
un gesto lo que se pide. O será que la lucha de que se habla tiene sus tonos y
colores.