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HUELGA GENERAL, SOCIAL, DE CONSUMO Y DE TRABAJO DE CUIDADO
El piquete feminista toma la calle denunciando la precarización de la vida de
las mujeres. De las palabras a las acciones de expropiación y denuncia ante la
ausencia del reconocimiento de sus derechos.
El piquete feminista se ha hecho sentir durante toda la
mañana. La convocatoria se inició en la Rambla del Raval. El primer punto antes
de pasar a acciones fueron las palabras con las que anunciaban en su comunicado
el fartament de que los recortes y los ajustes estructurales roben la vida de
las mujeres. Tal dicho, tal hecho. Más de 250 personas entraron al supermercado
Consum del barrio de San Antonio para expropiar alimentos de primera necesidad.
La reivindicación se enmarcaba en la protesta sobre la precarización feroz de
la vida de las mujeres. Tal como recoge el manifiesto de la Asamblea Feminista,
las mujeres sobreviven explotadas en la economía sumergida, ya sea a través de
la concepción del trabajo desde un modelo patriarcal, en masculino y plural,
como en el no reconocimiento de las tareas reproductivas y de cuidado como
actividades económicas.
Esta acción era el punto central de denuncia sobre la crisis que las mujeres
sufren, mucho antes del crack financiero, y que los recortes de derechos no
hacen más que profundizar. Esta expropiación implicaba ejercer de forma
efectiva los derechos económicos que el sistema capitalista y patriarcal ropa
cada día en esta estafa llamada crisis.
El piquete feminista, al terminar la acción de expropiación de alimentos, se
dirigió a la Avenida Paral.lel, cortando el tráfico durante unos minutos y
deteniéndose en la sede del Departamento de Bienestar Social y Familia como
acto simbólico frente a las responsabilidades políticas de pauperización de las
vidas de las mujeres.
El recorrido siguió por las Ramblas y por la calle de Portaferrisa, cerrando
los comercios que encontraban a su paso, con delantales y al grito de
"huelga general, huelga social, huelga de consumo y de trabajo de
cuidado". Siguieron serpenteante por el barrio del Gótico hasta la llegada
a la Catedral de Barcelona donde de forma espontánea se ofició una meada
popular. Sin lugar a dudas, el control de la Iglesia y de su socio del Estado
sobre el cuerpo de las mujeres no merecía menos. La persecución denunciada en
su manifiesto a las insubmisses a la sexualidad ya la familia heteropatriarcal,
a transexuales y transgéneros tomaba forma. Este control del cuerpo se prevé
cada vez más criminalilitzador: la futura ley de penalización del aborto que se
cierne sobre la agenda política, implica la prohibición formal sobre la
autonomía de las mujeres sobre su cuerpo y coarta su derecho a la salud. Las
sucesivas recortes en la sanidad pública no hacen más que sumarse a la actual
reducción de derechos que impactan de forma directa en las mujeres,
especialmente en aquellas sin reconocimiento dentro de las "nuevas
categorías" de "asegurado" o "beneficiario ": mujeres
inmigrantes," sin papeles ", mujeres que trabajan sin ser sujetos
políticas reconocidas por el sistema capitalista y patriarcal.
Al terminar esta acción tan bien improvisada, el piquete feminista y
anticapitalista se concentró en la Plaza 8 de marzo para compartir en un acto
comunitario los alimentos expropiados. La larga mañana tenía su cierre pero no
su final, seguramente durante la tarde sabremos más sobre la continuidad de las
acciones que llaman a golpe de delantales, con o sin tacones, huelga social!