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Revolución Continental

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sábado, 24 de noviembre de 2012

¿Mal menor? ... ¡Mal peor!: Contra la MUD y sus patrañas


Periódico El Libertario

La demagogia de la élite chavista, su incapacidad administrativa, su corrupción y enriquecimiento súbito, así como la hipoteca del país a las transnacionales energéticas de la globalización generan un creciente descontento que, desde hace años, ha intentado ser capitalizado por los partidos políticos de la oposición de derecha y socialdemócrata, hoy agrupados en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Muchas personas que habían creído en las promesas de cambio del bolivarianismo, hoy decepcionadas creen que circunstancialmente esos partidos, y sus estrategias político-electorales, pueden sacar a Chávez del poder, generando con ello las condiciones para una transformación positiva en el país. Nada de esto es verdad. Los partidos de la MUD no conducirán a otro camino sino al de la derrota y la decepción. A continuación colocamos siete razones de por qué rechazar a esa “oposición” con la misma energía con que se debe enfrentar al chavismo:

1) Los partidos de la MUD son responsables del fenómeno bolivariano. El acuerdo de gobernabilidad y bipartidismo conocido como “Pacto de Punto Fijo”, en el que los partidos Acción Democrática y Copei gobernaron al país durante 40 años, generó tal grado de envilecimiento y decepción en la población que crearon el caldo de cultivo ideal para la aparición de un fenómeno mesiánico-populista como el bolivariano. La élite chavista en el gobierno es una continuación, y no una ruptura, de las maneras de hacer política que adecos y copeyanos utilizaron durante mucho tiempo y que condujeron a la etapa en la que ahora nos encontramos. Todos los partidos presentes en la MUD, sin excepción, son hijos y herederos del bipartidismo cuartorepublicano.

2) Los partidos de la MUD son el principal combustible de las victorias electorales del chavismo. En las bases populares del oficialismo existe un creciente malestar por la deficiente gestión de “su” gobierno, así como por la corrupción, ineficiencia y contradicciones de su cúpula dirigente. Tanto o más que el carisma/demagogia de Hugo Chávez, una motivación principal para seguirle apoyando con sus votos es el resentimiento que sienten por el pasado, sus representantes y herederos, hoy los principales operadores políticos, visibles o tras bastidores, de la MUD. Mientras los dinosaurios opositores continúen al mando, por antagonismo, el chavismo continuará recibiendo esos sufragios.

3) Los políticos de la MUD no tienen una gestión de gobierno cualitativamente diferente al chavismo. Las gestiones de los gobernadores y alcaldes “opositores” no tienen resultados ni transformaciones que presentar porque sencillamente estas no existen. A menor escala, repiten la corrupción, tráfico de influencias, ineficacias, exclusión política y componendas que denuncian del gobierno central. Otro claro ejemplo ha sido la “gestión”, si es que se puede llamar así, de los diputados y diputadas de la MUD, reyes del ausentismo laboral y engordados por la dieta parlamentaria del quince y último.

4) La MUD no entiende qué es el chavismo y desea, esencialmente, volver al pasado (“Éramos felices y no lo sabíamos”). Los políticos e “intelectuales” de la MUD han realizado una lectura equívoca, superficial y sesgada del fenómeno bolivariano. Ante dicho extravío han apelado al chantaje del “mal menor”, al fomento de una falsa polarización y a la mitificación del pasado, con lo que su oferta se reduce a la promoción de la vuelta de un país paradisíaco que, sencillamente, nunca existió en la realidad.
5) En la MUD prevalecen las tendencias elitescas, excluyentes y antipopulares. Hoy, quien ha tomado ventaja en el control político de la MUD es el núcleo de dirigentes provenientes de Primero Justicia, el partido político más reaccionario y conservador del país. La MUD es inoperante para construir un discurso favorable a las clases populares porque, al igual que el chavismo, no se interesa por ellas salvo para dominarlas.

6) La MUD se encuentra enfrentada a las iniciativas ciudadanas que no pueda controlar. La estrategia política de los partidos de la MUD es fortalecer la democracia representativa y el borreguismo electoral, neutralizando y saboteando los conflictos sociales que no generen votos a su favor.

7) La MUD representa una manera de gestión política que naufraga en el mundo contemporáneo. Los partidos políticos no sólo están en crisis en Venezuela, sino en todo el planeta. Los nuevos movimientos sociales, donde se mire, intentan realizar formas de organización, horizontales y en red, diferentes al modelo leninista que signó la cultura político-partidista en el siglo XX. El discurso contra lo que llaman la “antipolítica” sólo esconde su pretensión hegemonizante, y su tarea de beneficiarse en ser la falsa contestación al chavismo.

Hay que abandonar las falsas ilusiones. En 1998 la estrategia de “cualquier cosa con tal de quitarnos a los adecos y copeyanos” arrojó resultados harto conocidos, error que hoy debemos impedir que se repita. Nuestra propuesta es crear, aquí y ahora, una alternativa enfrentada a las cúpulas chavistas y opositoras, superando en todos los escenarios a los partidos políticos –especialmente a esos que orbitan en torno a la MUD-, para generar formas de organización y acción promotoras de un verdadero y profundo cambio.