LA GUARURA
ANNA
En horas de la tarde de ayer, y
después de sufrir permanentes hostigamientos en las sucesivas alcabalas que
atravesaban nuestros hermanos yukpa, en su afán de llegar a Caracas a
manifestar ante las autoridades del gobierno central todo su descontento frente
a las actividades de demarcación, pago de bienhechurías a los ganaderos y
sistemáticos asesinatos de indígenas, fue detenido ayer en el puesto de la
Guardia Nacional de Valencia, el compañero Cristóbal Fernández, hijo de la
cacica Carmen Fernández y hermano del recientemente asesinado Alexander
Fernández.
Cristóbal venía a Caracas a pedir
justicia para su joven hermano Alexander, quien como todos sabemos fue
secuestrado de su propia casa y asesinado con dos tiros en sus ojos el 23 de
junio de 2012. Este joven yukpa, compañero de prisión del cacique Sabino
Romero, no murió instantáneamente y pudo incluso decir el nombre de su asesino.
Sin embargo, nada de esto importa a las leyes de un Estado cuyas estructuras
coloniales de justicia aún mantienen al indígena en situación de minusvalía y
debilidad jurídica. El asesino sigue libre y despliega todo su poder para
detener el clamor de los familiares de la víctima.
Gracias a la intervención de
algunos compañeros de lucha, se logró saber que el Capitán Guerrero, jefe del
Puesto de la Guardia Nacional que retuvo a Fernández, informó que recibió
órdenes expresas del Ministro de Interior y Justicia, Néstor Reverol, para
trasladar detenido con una Comisión de este cuerpo militar, al compañero
Cristóbal Fernández al Comando 3 de Maracaibo. Sin embargo, sus familiares no
han tenido contacto con él. Sabemos que el compañero tenía un teléfono celular,
y sin embargo, no ha podido hacer contacto con nadie. No sabemos con certeza
dónde se encuentra.
No podía Cristóbal llegar a
Caracas. El sistema de complicidad entre ganaderos-funcionarios públicos operó
eficientemente. Y es así como las leyes burguesas detienen a las víctimas (a
quienes fácilmente criminalizan) y dejan libres a los victimarios; en una doble
sanción al más humilde: castigo a la pobreza de los indígenas que no pueden
comprar su libertad como sí lo hacen los ganaderos y sus sicarios, y castigo al
origen étnico de los compañeros yukpa.
Exigimos un pronunciamiento
inmediato de las autoridades de un gobierno que reelegimos en la esperanza de
profundizar la participación y el protagonismo popular, seguros de que la
derecha venezolana jamás podrá brindarnos nuevas formas de relaciones que
permitan la formación de una sociedad menos desigual. Pero nos resulta
inaceptable que hechos como éstos sigan ocurriendo, y lo que es peor, que sean avalados
por altas autoridades del Estado venezolano.
Exigimos la libertad inmediata
del compañero Cristóbal Fernández y rechazamos desde ya todo acto de
criminalización de los familiares de una de las víctimas del sicariato ganadero
de Machiques de Perijá. Y desde ya anunciamos que los colectivos sociales de
Caracas se encuentran bien informados de todo cuanto acontece con nuestros
hermanos yukpa, y que no permitiremos que sean sacrificados sus derechos por
intereses oscuros de un Estado-gobierno que pareciera enrumbar sus pasos hacia
la falsa premisa de que explotando el subsuelo en el cual se hallan las etnias
indígenas, logrará ingresar en la categoría de potencia energética en el
concurso de los países del Mercosur, en donde como ya sabemos sigue prevaleciendo
el orden capitalista.
¡Repudio Nacional a la
confabulación entre funcionarios del Estado venezolano y ganaderos de la Sierra
de Perijá! ¡Fuera la derecha entreguista enquistada en el Estado venezolano!
¡Qué viva la dignidad del pueblo yukpa! ¡Qué viva Sabino Romero y todos los
caciques que no traicionan la memoria de sus ancestros y de los guerreros y
guerreras caídos recientemente en combate por la Tierra! ¡Qué viva por siempre
y para siempre Alexander Romero!